El rey de Arabia Saudita, el octogenario Salman bin Abdulaziz, fue hospitalizado en la capital del país, Riad, para varias pruebas médicas debido a una inflamación de la vesícula biliar, según indicó el lunes palacio en un comunicado recogido por la oficialista Agencia Saudí de Prensa.
El monarca, de 84 años, acudió al Hospital de Especialistas Rey Faisal, señaló el comunicado, que no dio más detalles.
El hospital suele atender a miembros de la familia real, incluidos varios que contrajeron el nuevo coronavirus recientemente. El centro está especializado en trasplantes, investigación y programas de formación.
El rey Salman gobierna desde enero de 2015. Está considerado como el último monarca saudí de una generación de hermanos que ha ostentado el poder desde la muerte de su padre y fundador del país, el rey Abdulaziz.
Los analistas siguen de cerca las noticias sobre su salud debido al poder absoluto que ostenta en uno de los principales productores de petróleo del mundo y una de sus mayores economías.
El pasado mes de marzo se produjeron rumores sobre el empeoramiento del estado de salud del rey Salmán y un inminente proceso de sucesión después de que medios estadounidenses informaran de las detenciones de dos príncipes saudíes, supuestamente por orden del príncipe heredero e hijo del monarca, Mohamed bin Salman, acusados de intento de golpe de estado.
El reinado de Salman se ha caracterizado por cambios rápidos y significativos en un país acostumbrado a reformas lentas y graduales. Desde que asumió el poder, ha llevado al país a la guerra en Yemen, endurecido la posición del reino hacia su rival chií, Irán, y cortado lazos con la vecina Qatar.
También ha dado poderes a su hijo de 34 años, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, como su sucesor. Su hijo, con un estilo de liderazgo audaz y asertivo, ha despertado controversia por sus esfuerzos para consolidar su poder y marginar a posibles rivales.
Con apoyo de su padre, el príncipe Mohammed ha transformado el reino en los últimos años, abriéndolo al turismo y erosionando décadas de restricciones ultraconservadoras en la sociedad, dentro de sus esfuerzos por diversificar la economía saudí para diversificarla más allá de las exportaciones petroleras. El príncipe también ha detenido a docenas de activistas y detractores, supervisado la devastadora guerra en Yemen como ministro de Defensa y detenido a miembros destacados de la familia real en su lucha de poder.
El príncipe heredero se ha visto envuelto en sospechas desde el brutal asesinato del columnista del Washington Post Jamal Khashoggi, que era crítico con el gobierno saudí, a finales de 2018. El asesinato de Khashoggi en el consulado saudí en Estambul provocó condenas internacionales y arrojó una sombra sobre el príncipe Mohammed, aunque el reino insistió en que el heredero no tuvo nada que ver con el asesinato, perpetrado por funcionarios que trabajaban directamente para él.
El rey saudí no se ha mostrado en público en los últimos meses debido al distanciamiento social y a las preocupaciones por la expansión del virus en el reino, que sufre uno de los mayores brotes en Oriente Medio. Sin embargo, se le ha visto en reuniones virtuales con su gobierno y ha celebrado llamadas con líderes mundiales, por ejemplo el sábado con el emir que gobierna Kuwait.
(Con información de AP)
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