El comité de coronavirus del Parlamento de Israel (Knesset) votó este lunes a favor de mantener las piscinas y las playas abiertas los fines de semana, a pesar la segunda oleada de coronavirus que está experimentando el país, y mientras las autoridades evalúan distintas medidas para contener la propagación del brote sin detener completamente la actividad económica.
El viernes el gabinete del primer ministro Benjamin Netanyahu había decidido cerrar todos estos espacios, pero tras la votación de este lunes el Knesset presionará para que revierta la medida.
“La decisión de no cerrar las piscinas y playas públicas es la correcta. La salud mental y física es extremadamente importante para todos nosotros. Las playas y la natación en la piscina proporcionan un valor positivo vital”, señaló el presidente del comité, Yifat Shasah-Biton.
En la sesión de este lunes también se discutió también qué hacer con restaurantes, cafeterías, gimnasios y otros lugares públicos, sin que legislatura y ejecutivo llegaran aún a un acuerdo.
El comité instó a las autoridades a revertir su decisión de cerrar los restaurantes a partir del martes, señalando que pueden funcionar a una capacidad del 35% en el interior, manteniendo el distanciamiento social recomendado.
Según consigna Times of Israel, Yuli Edelstein, ministro de Salud, presentará un plan que permitirá a los restaurantes acoger hasta 50 comensales al aire libre. No obstante, la presencia en el interior estaría prohibida. La discusión se llevará a cabo este martes.
El parlamentario oficialista del Likud, Makhlouf “Miki” Zohar, dijo que el 80% de los restaurantes del país podrían abrir bajo esas restricciones.
Ante el posible cierre de los restaurantes y cafeterías, muchos dueños de locales anunciaron que planean desafiar la decisión de las autoridades y mantener abiertos sus establecimientos.
El comité también pidió que los gimnasios, que se encuentran cerrados desde el viernes pasado, puedan seguir funcionando bajo estrictas medidas de distanciamiento. La votación sobre estos establecimientos está programada para el miércoles.
En cuanto a los gimnasios, Zohar dijo que hay indicios de que las salas cerradas y con aire acondicionado “tienen un grave problema de infección”. “Si es un lugar cerrado con ventanas abiertas y sin aire acondicionado, es menos peligroso”, explicó.
El Viceministro de Salud, Yoav Kisch, comentó que la intención general del Gobierno es que “los lugares que están cerrados, queremos que permanezcan cerrados”. A su vez, indicó que “los lugares que están abiertos pueden ser operados bajo limitaciones”. Al respecto, remarcó la importancia de cumplir con los requisitos de higiene y distanciamiento social.
Trabajadores de distintos sectores se manifestaron ayer en Tel Aviv y Jerusalén en demanda de un mayor apoyo económico para hacer frente a la crisis.
Israel alcanzó el domingo los 50.035 casos confirmados de coronavirus desde el inicio de la pandemia, casi 30.000 de ellos aún activos, en una fuerte segunda oleada de la COVID-19 que ha obligado al Gobierno a aplicar nuevas restricciones.
Del total de casos activos, 254 se encuentran en estado grave. El número de muertos, en tanto, se elevó a 409, de ellos 25 en los últimos tres días.
Durante la semana pasada, los nuevos contagios diarios rozaron varias veces los 2.000, y el Ministerio de Sanidad anticipó que esas cifras obligarían a imponer un cierre total.
Kisch reconoció este lunes que se registró una reducción significativa de las tasas de infección diarias, pero advirtió a los legisladores que era demasiado pronto para saber si la caída era el comienzo de una tendencia.
Varios expertos, por su parte, han advertido de que el virus está fuera de control y han alertado de un alto número de muertes de no aplicarse severas restricciones de forma inmediata.
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