Las pruebas con dexametasona en el Reino Unido mostraron resultados positivos en pacientes con coronavirus en estado grave

Un estudio reflejó una menor tasa de mortalidad entre quienes recibían oxígeno de manera artificial, especialmente aquellos conectados a respiradores artificiales

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Un farmacéutico muestra una caja de Dexametasona en el Hospital Erasme en medio del brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19), en Bruselas, Bélgica, el 16 de junio de 2020. REUTERS/Yves Herman/Archivo
Un farmacéutico muestra una caja de Dexametasona en el Hospital Erasme en medio del brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19), en Bruselas, Bélgica, el 16 de junio de 2020. REUTERS/Yves Herman/Archivo

Los tan esperados resultados de un ensayo sobre el impacto del esteroide dexametasona en pacientes con el nuevo coroanvirus fueron publicados este viernes: confirmaron sus beneficios para salvar la vida de los pacientes de COVID-19 que han llegado al punto de necesitar respiradores artificiales, pero sugirieron a su vez que puede causar daño si se administra demasiado pronto.

El estudio estuvo basado en la evolución de un total de 2.104 pacientes hospitalizados, quienes recibieron dosis diarias de seis miligramos de la medicina por hasta 10 días, y otros 4.321 que mantuvieron el cuidado estándar. Es decir, no se les suministró el esteroide. Luego de 28 días se comparó la tasa de muertes de cada grupo.

Entre los pacientes con respiradores, el índice de muerte de los pacientes que tomaban el medicamento fue de 29.3 por ciento, en contraste con el 41.4 por ciento de los que no lo tomaron.

En los pacientes que también recibieron oxígeno -aunque a través de medios menos invasivos- el beneficio fue menor: 23.3 por ciento de los que recibieron dexametasona murieron, frente a 26.2 de los que no la recibieron.

Sin embargo, no hubo beneficio en el grupo que no recibía ninguna oxigenación al momento en que comenzó el ensayo. En este caso, 17.4 por ciento de los que tomaron el esteroide murieron, frente a 14 por ciento de los que no lo recibieron, lo que sugiere que el medicamento aumentó su riesgo de mortalidad. Esto se debe a que el fármaco funciona suprimiendo la respuesta inmunológica anormal que daña los órganos del cuerpo, en lugar de atacar al virus.

Un farmacéutico muestra una ampolla de Dexametasona en el Hospital Erasme en Bruselas, Bélgica, el 16 de junio de 2020. REUTERS/Yves Herman
Un farmacéutico muestra una ampolla de Dexametasona en el Hospital Erasme en Bruselas, Bélgica, el 16 de junio de 2020. REUTERS/Yves Herman

En una entrevista con la AFP en junio, el destacado científico estadounidense Anthony Fauci advirtió que la dexametasona no debe ser recetada demasiado pronto después de que una persona se infecte. “Esto es perfectamente compatible con el hecho de saber que al principio de la infección se necesita el sistema inmunológico para suprimir el virus”, dijo.

Los autores del artículo, que apareció en el New England Journal of Medicine, añadieron que obtener beneficios de la droga “depende de una selección de la dosis correcta, en el momento adecuado, en el paciente adecuado”.

Añadieron que, en lo que respecta a la enfermedad COVID-19, para los pacientes que requieren oxígeno, la respuesta inmunológica anormal parece ser más responsable del daño que la replicación del virus en el cuerpo. Pero advirtieron que esta hipótesis no debería aplicarse a otras enfermedades respiratorias virales, como el SARS, el MERS y la gripe, sin más estudios, ya que pueden tener impactos diferentes.

La dexametasona fue adoptada en la práctica del Reino Unido el 16 de junio, día en que se anunciaron los resultados iniciales, y también es recomendada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos.

En su sitio web, el NIH advierte que aún no se sabe qué tan bien podría funcionar la dexametasona en combinación con el medicamento antiviral remdesivir, que ha demostrado ser beneficioso cuando se usa solo.

Añade que los pacientes que toman el medicamento deben ser vigilados de cerca para detectar infecciones secundarias y altos niveles de azúcar en la sangre.

También se sabe que el uso de corticoesteroides puede reactivar infecciones anteriores que estaban latentes, como el virus de la hepatitis B o la tuberculosis.

Con información de AFP

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