Un nuevo portaaviones británico podría ser enviado al Extremo Oriente, donde participará en ejercicios militares conjuntos con aliados como Estados Unidos y Japón, según informaron medios locales este lunes.
El portaaviones HMS Queen Elizabeth, cuya tripulación aún está entrenando en el mar, comenzará su primera misión a principios del próximo año con un viaje inaugural que la acercará a las aguas más disputadas en la tierra: el Mar de China Meridional. Se desconoce la duración de su despliegue, pero es probable que visite las bases navales en Singapur, Okinawa y Darwin.
Se cree que la decisión del despliegue es una respuesta a la actitud cada vez más agresiva de China en la región.
En su viaje al Lejano Oriente, el HMS Queen Elizabeth, que junto con su buque gemelo HMS Prince of Wales es el portaaviones más grande jamás construido por la Armada británica, estará acompañado por otros buques de guerra, incluidos dos destructores Tipo 45 y dos fragatas. Además cargará dos escuadrones de aviones F-35B Lightning II. Es probable que uno de esos escuadrones sea de la RAF, mientras que el otro podría ser del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, de acuerdo al diario The Times.
Además de participar en ejercicios militares, el buque también proporcionará una plataforma para conversaciones comerciales, escribió el Times, citando una fuente de defensa no identificada.
Durante el último medio siglo, Gran Bretaña no ha tenido una presencia militar o naval permanente “al este de Suez”. Durante la Guerra Fría, la principal amenaza provino de la Armada Soviética y el Atlántico Norte fue necesariamente el foco principal de la estrategia naval británica, siendo la Guerra de las Malvinas en 1982 la excepción. La vigilancia de los océanos Pacífico e Índico se dejó en gran medida a la Marina de los Estados Unidos.
Pero la creciente tensión entre Londres, sus aliados y Beijing forzó a un cambio de estrategia. La noticia del despliegue se conoce justo cuando el gobierno británico anunció la prohibición a los operadores de telecomunicaciones de comprar nuevos equipamientos para sus redes 5G al grupo chino Huawei a partir de finales de este año e impondrá que se retiren todos los antiguos antes de 2027.
Boris Johnson también enfureció al Partido Comunista Chino con su postura dura sobre el avance de Beijing sobre las libertades de Hong Kong y al pedir una investigación exhaustiva sobre el origen del coronavirus.
Según medios británicos, además, el gobierno ahora teme que en represalia por la prohibición de Huawei, China pueda desencadenar un devastador ataque en línea contra Gran Bretaña, tal como le ocurrió a Australia después que adoptó una medida similar.
Los jefes de seguridad temen que, en el peor de los casos, los ataques lanzados por piratas informáticos respaldados por China por el estado paralizarían las redes de computadoras, lo que provocaría apagones telefónicos y eléctricos y detendría a hospitales, gobiernos y empresas.
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