El dictador norcoreano, Kim Jong-un, despidió a funcionarios de salud por el manejo de la crisis del coronavirus, en medio de especulaciones de que podría estar aislándose debido a la pandemia, pese a insistir reiteradamente en que la enfermedad no llegó al país.
Las afirmaciones de un informe filtrado, que prueban que Corea del Norte ha estado luchando contra el COVID-19 como el resto del mundo, es una vergüenza para el líder, que se jacta públicamente de que su país está libre del virus.
Durante una reunión del Buró Político del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea, Kim advirtió a los funcionarios que se estarían volviendo “complacientes” después de una campaña de seis meses para mantener la enfermedad fuera del país, informó la agencia oficial de noticias coreana KCNA.
“El líder supremo criticó duramente la falta de atención, la actitud de espectador y la actitud crónica que prevalecen entre los funcionarios”, dijo KCNA. “En repetidas ocasiones advirtió que el alivio apresurado de las medidas antiepidémicas provocará una crisis inimaginable e irrecuperable”.
Las fotos de la reunión del pasado jueves 2 de julio, que mostraban a Kim frente a banderas del partido y hablando en una sala llena de funcionarios, fueron publicadas en los medios estatales. Esta fue la primera aparición de Kim en incluir registro fotográfico desde el 8 de junio, según NK News, un servicio de noticias especializado en Corea del Norte. Agregó que Kim hizo siete apariciones desde abril hasta junio de este año, por debajo de su promedio de 46 en esos meses desde que asumió el poder a fines de 2011.
Kim no mencionó la reciente tensión con Corea del Sur después de que su régimen desatara el mes pasado una de sus mayores provocaciones en años contra su vecino al hacer estallar una oficina de enlace conjunta de USD 15 millones al norte de la frontera. Seúl pagó por su construcción y era considerada como un hito en la reconciliación por el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in.
La ausencia de Kim de la vida pública ha generado especulaciones sobre la condición física del mandatario de 36 años y su control de las armas nucleares del Estado. La salud del “líder supremo” de Corea del Norte es uno de sus secretos mejor guardados, conocido solo por un pequeño círculo interno, pero que no ha detenido la conjetura externa de que podría haber sufrido una enfermedad grave o que estaría manteniendo su distancia para evitar el COVID-19.
Piongyang aún no ha confirmado un solo caso de COVID-19, pero el comandante de las Fuerzas de EEUU en Corea ha dicho que es probable que el virus haya llegado al país. Por su parte, el ministro de Defensa japonés, Taro Kono, dijo el mes pasado en una rueda de prensa que cree que la enfermedad podría estar propagándose allí y que Kim estaría aislado para evitar la infección.
En la reunión del partido, Kim describió que el país había logrado un “éxito brillante al detener” el coronavirus, evitando que se abriera camino en el país. Corea del Norte es uno de los países más pobres del mundo y su obsoleto sistema médico podría verse abrumado por un brote grave de COVID-19. Sin embargo, puertas adentro, el dictador despidió a funcionarios de salud por su manejo en el combate a la enfermedad. Esa decisión hace suponer que la pandemia está en el país.
(Con información de Bloomberg)
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