La policía alemana anunció el jueves el inicio de una investigación contra un presunto espía egipcio que trabajaba para el servicio de prensa de la canciller Angela Merkel.
El hombre es sospechoso “de haber trabajado durante años para un servicio de inteligencia egipcio”, subrayó la Inteligencia interior alemana en un informe, y añadió que la investigación abierta en diciembre de 2019 “continúa” en la actualidad.
No dio informaciones sobre su identidad o sobre lo que ha ocurrido con él en los últimos meses, y habló solo de “medidas” tomadas por la policía en su contra.
Según el diario alemán Bild, el hombre es un empleado de la función pública alemana “de grado intermedio”, jerárquicamente a un nivel más elevado que los que se inician, pero que no hace parte de los altos cargos.
Trabajaba en el servicio de visitas del centro de prensa federal alemán, el Bundespresseamt, servicio encargado especialmente de la comunicación sobre las actividades de la cancillería. Este caso es por lo tanto incómodo para Merkel.
El presunto espía se ocupaba en ese marco de recibir a los visitantes. Según Bild, podría por ese medio haber vigilado a los periodistas egipcios.
Según el informe de la Inteligencia interior alemana, tanto el Servicio de espionaje exterior egipcio (GIS) como el Servicio de inteligencia interior (NSS) son activos en Alemania.
Su objetivo es conseguir información sobre opositores al régimen egipcio del presidente Abdel Fattah al Sisi que viven en Alemania, en especial simpatizantes de la cofradía de los Hermanos Musulmanes, prohibida desde 2013 en el país árabe.
También se interesan en los miembros de la comunidad cristiana copta y tratan de reclutar egipcios como espías.
En 2015, la cancillería alemana había atravesado un escándalo similar, en ese momento, con los servicios secretos estadounidenses. Presuntamente, agentes del servicio alemán habían colaborado con sus colegas estadounidenses para espiar a algunas empresas y políticos.
Medios europeos reportaron entonces que los espías de EEUU se valieron de las instalaciones del BND —los servicios secretos alemanes— para espiar a altos funcionarios de instituciones tan relevantes como la Presidencia de la República Francesa, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés o la Comisión Europea.
Entonces, el escándalo le valió una pequeña crisis a Merkel con sus socios europeos.
Con información de AFP
MÁS SOBRE ESTE TEMA: