El alcalde de Seúl estaba desaparecido el jueves, luego de dejar un mensaje que según su hija parecía ser un testamento, dijo la policía. Se inició una operación masiva de búsqueda.
Las autoridades buscaban al alcalde Park Won-soon en el barrio Sungbuk de la capital surcoreana donde se detectó por última vez la señal de su teléfono celular, que por el momento estaba apagado, dijo la policía.
Su hija llamó a la policía el jueves por la tarde para decir que su padre dejó un mensaje “como un testamento” antes de salir de la casa unas cuatro o cinco horas antes. No reveló el contenido del mensaje, dijo una oficial de la Agencia de Policía Metropolitana de Seúl, el organismo a cargo de la búsqueda.
La hija dijo que decidió llamar a la policía porque su padre no respondía al teléfono, según la oficial, que habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizada a informar a la prensa.
Unos 150 agentes equipados con un dron y un perro se han movilizado para la búsqueda, dijo la policía.
El funcionario del gobierno municipal Kim Ji-hyeong confirmó que Park no fue a la oficina el jueves por razones no especificadas y canceló todas sus actividades, incluida una reunión con un funcionario de la presidencia.
Activista cívico y abogado especializado en derechos humanos, Park fue elegido alcalde de Seúl en 2011 y reelegido para un tercer período en junio del año pasado. Es miembro del Partido Demócrata liberal del presidente Moon Jae-in y se le consideraba posible candidato presidencial de los liberales en la elección de 2022.
Park no ha cesado en su activismo desde la alcaldía, al criticar lo que llama la creciente desigualdad económica del país y las relaciones tradicionalmente corruptas entre las grandes empresas y los políticos.
Fue un enconado opositor de la presidenta conservadora Park Geun-hye y apoyó abiertamente las manifestaciones de millones de personas que reclamaban su destitución en 2016 y 2017 debido a un escándalo de corrupción.
Destituida formalmente en marzo de 2017, Park Geun-hye purga una larga condena de prisión por soborno y otros delitos.
Seúl, con 10 millones de habitantes, ha sido un nuevo foco de la pandemia de coronavirus desde que Corea del Sur mitigó sus rígidas disposiciones de distanciamiento social a principios de mayo. Las autoridades tratan de rastrear contactos en casos vinculados con clubes nocturnos, iglesias, un gran depósito del comercio por internet y la venta puerta a puerta.
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