El régimen chino aprobó el martes una polémica ley de seguridad nacional para Hong Kong, considerada por sus detractores como una forma de amordazar a la oposición en el territorio autónomo.
Ignorando los llamamientos de los países occidentales, el parlamento nacional aprobó el texto, un año después de las manifestaciones multitudinarias en la antigua colonia británica contra la influencia del gobierno central.
En pocas semanas Beijing impondrá esta ley que esquiva al consejo legislativo local y hace temer a la oposición hongkonesa un retroceso inédito de las libertades desde la devolución del territorio a China en 1997.
El texto fue sometido el domingo al comité permanente del Parlamento Nacional, una instancia que depende del Partido Comunista chino (CPC).
“La ley de seguridad nacional en Hong Kong ha sido adoptada oficialmente”, se congratuló el martes en un comunicado el DAB, principal partido hongkonés pro-Beijing.
Varios medios de comunicación hongkoneses, como la televisión RTHK y el diario South China Morning Post, confirmaron la noticia, citando a fuentes cercanas al caso.
Con esta ley, el gobierno central busca garantizar la estabilidad, poner fin al vandalismo que ha salpicado las manifestaciones de 2019 en la ciudad de 7,5 millones de habitantes, así como reprimir el movimiento proindependencia.
Según la oposición prodemocracia de Hong Kong y varios países occidentales, incluido Estados Unidos, la ley es un ataque contra la autonomía y las libertades del territorio.
Por ahora es difícil prever las consecuencias reales del texto, cuyo contenido se mantien en secreto.
La agencia de prensa oficial Xinhua resumió en junio sus grandes líneas diciendo que la ley prevé reprimir el “separatismo”, el “terrorismo”, la “subversión” y la “colusión con las fuerzas externas y extranjeras”.
En el punto de mira de Beijing figuran los partidarios de la independencia e incluso algunos países extranjeros, en particular Estados Unidos, acusados de echar leña al fuego apoyando a los manifestantes.
Por otra parte, debería crearse en Hong Kong un "órgano de seguridad nacional" dependiente del Gobierno central, por primera vez, que se encargaría en particular recopilar información.
La idea de dar prerrogativas a un organismo de poder chino en el territorio autónomo preocupa mucho a la oposición local. Porque la separación de poderes no existe en China continental, dirigida por el PCC.
“Esto supone el fin de Hong Kong tal como lo conocía todo el mundo. Con poderes ampliados y una ley mal definida, la ciudad se convertirá en un #estadodepolicíasecreta”, tuiteó el martes Joshua Wong, uno de los líderes del movimiento prodemocracia de Hong Kong.
Desde su retrocesión, el territorio ha gozado de una amplia autonomía con relación a China continental en virtud del principio “Un país, dos sistemas”.
Los hongjkoneses tienen libertad de expresión, libertad de prensa, una justicia independiente y un sistema capitalista.
Pero la región está dirigida por un gobierno local cuyos miembros están sistemáticamente subordinados a Beijing, debido a un proceso de selección que aparta a las figuras de la oposición.
La dirigente de Hong Kong, Carrie Lam, se negó el martes en la rueda de prensa semanal a confirmar la aprobación de la ley, que ella apoyó.
Los gobiernos occidentales expresaron en las últimas semanas su preocupación por el estatus internacional de la ciudad, uno de los principales centros financieros del mundo.
La Unión Europea (UE) expresó su “grave preocupación”. El G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) también pidió que se diera marcha atrás en el proyecto.
Dando por sentado el voto y firmemente opuesto a Beijing sobre la cuestión de Hong Kong, Washington anunció el lunes el fin de las ventas de equipo sensible de defensa a Hong Kong para evitar “que caiga en manos” del ejército chino.
Estados Unidos ya anunció el viernes restricciones de visado para funcionarios chinos acusados de “poner en entredicho” la autonomía del territorio. China respondió el lunes con una medida similar contra los ciudadanos estadounidenses “que se comportaron mal” criticando la ley.
¿Cuál será la reacción de los hongkoneses partir de ahora?
A primera vista parece difícil la organización de manifestaciones masivas debido a que las autoridades de Hong Kong siguen prohibiendo las concentraciones de más de 50 personas debido a la epidemia de Covid-19.
Con información de AFP
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