China indicó este lunes que impondrá restricciones de visados a ciudadanos estadounidenses que se han “comportado de manera ofensiva” en lo referente a Hong Kong, una medida anunciada antes de la esperada aprobación por los legisladores chinos de una controvertida ley nacional de seguridad para la ex colonia británica.
“China ha decidido imponer restricciones de visados a individuos estadounidense que se han comportado de manera ofensiva en asuntos concernientes a Hong Kong”, afirmó el ministerio de Relaciones Exteriores.
El viernes, la administración del presidente estadounidense Donald Trump dijo que iba a restringir los visados para un número no determinado de responsables chinos por infringir la autonomía de Hong Kong.
A raíz de las gigantescas manifestaciones el año pasado contra la influencia de Beijing, el régimen del presidente Xi Jinping anunció el mes pasado una ley de seguridad nacional en Hong Kong, pero la oposición democrática de la ex colonia ve en ella una herramienta para reducirla al silencio.
Segunda revisión de la ley de seguridad
El Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo) de China continua con la revisión de la controvertida ley de seguridad, que puede ser ratificada durante la presente sesión que concluye mañana, informa este lunes la prensa local.
Diputados chinos citados por el diario estatal China Daily aseguraron que “la promulgación de la ley de seguridad nacional en Hong Kong cuanto antes puede tapar los vacíos legales y otras debilidades en la salvaguardia de la seguridad nacional, combatir actos criminales relacionados y proteger la prosperidad y estabilidad de la región administrativa especial”.
Por el momento se desconoce el texto sobre el que trabaja el Legislativo chino, pero el diario hongkonés South China Morning Post citó a dos fuentes que aseguraron que la ley incluiría penas de hasta cadena perpetua para “actos de secesión, subversión, terrorismo y confabulación con fuerzas extranjeras para poner en peligro la seguridad nacional”.
Se trata del segundo periodo de revisión de la ley, cuyo borrador fue aprobado de manera preliminar durante la reunión anual de la ANP, el mes pasado.
Este texto legal tendría el objetivo de “salvaguardar la seguridad nacional” frente a la tan temida “injerencia extranjera” que Beijing ve en las multitudinarias protestas que arrancaron hace más de un año, pero abogados y activistas hongkoneses creen que esa ley terminará por cercenar las libertades de que goza la ciudad.
Desde hace más de un año, la situación en Hong Kong se ha ido deteriorando por el impacto de las protestas prodemocráticas en la economía de la ciudad semiautónoma, donde el PIB local cayó un 2,8 % y un 3 % en los dos últimos trimestres de 2019, respectivamente, y un 8,9 % en el primero de 2020, al que este año se ha sumado la paralización motivada por la pandemia de coronavirus.
El panorama político en la ex colonia británica también está lejos de resolverse, con unos gobiernos, tanto en Beijing como en Hong Kong, poco amigos del diálogo o las concesiones, y con un movimiento prodemocrático que ha ganado nuevo impulso a raíz de la reciente aprobación de una ley que penaliza injurias al himno chino.
Bajo el principio de “un país, dos sistemas”, la Declaración Chino-Británica de 1984, que articuló la retrocesión de Hong Kong de manos británicas a chinas en 1997, estableció el mantenimiento durante al menos 50 años a partir de esa fecha de una amplia autonomía, libertad de expresión y justicia independiente, libertades inimaginables en la China continental.
Pero la región semiautónoma está dirigida por un ejecutivo cuyos miembros son afines a Beijing.
(Con información de AFP y EFE)
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