La Comisión Europea dio luz verde este jueves al proyecto de Alemania de recapitalizar a Lufthansa, primer grupo de transporte aéreo del continente, con unos 6.000 millones de euros (6.747 millones de dólares), para evitar la suspensión de pagos y permitirle hacer frente a la grave crisis generada por el coronavirus.
Esta medida forma parte de un plan de ayuda más amplio que prevé también el aval del Estado a un crédito de 3.000 millones de euros para la compañía.
El plan de ayuda, de 9.000 millones de euros (unos 10.145 millones de dólares) en total, prevé que el Estado alemán se haga con un 20% del capital del grupo, del que salió en 1997 a raíz de su privatización.
La Comisión Europea, guardiana de la competencia, aunque dio luz verde al proyecto, insistió en las condiciones aceptadas a cambio.
“Lufthansa se ha comprometido a poner a disposición franjas horarias (slots) (...) en sus aeropuertos centrales de Fráncfort y Múnich”, donde la compañía “dispone de un poder de mercado importante”, dijo la vicepresidenta de la Comisión, Magrethe Vestager.
Sin embargo, uno de los grandes rivales de Lufthansa en Europa, la compañía de bajo costo Ryanair, recurrirá a la justicia contra la ayuda prevista para el grupo alemán.
“La pandemia de coronavirus no puede ser una excusa” para ignorar el derecho a la competencia, justificó la compañía irlandesa.
Lufthansa debe someterse todavía en la jornada al plebiscito de sus accionistas reunidos en asamblea general.
“Reestructuración”
El resultado de esta votación parecía incierto ya que el principal accionista, el multimillonario alemán Heinz Hermann Thiele, que controla el 15,5% del capital, había amenazado con votar en contra.
Pero en una entrevista publicada el miércoles por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung dijo que la aprobaría pero exigiría una “reestructuración” rápida de la compañía.
Por tanto, la aprobación de los accionistas está en la buena vía. Ello, significaría que “no habrá suspensión de pagos”, declaró el jueves el presidente del consejo de vigilancia del grupo, Karl-Ludwig Kley, lo que en la Bolsa de Fráncfort se traducía en una subida del 13% de las acciones del grupo este jueves.
“Influiré en la evolución de Lufthansa en el futuro”, dijo Thiele, cuya fortuna está valorada según la revista Forbes, en 15.000 millones de euros (unos 16.800 millones de dóláres), y que ve con recelo la llegada del Estado al capital de la compañía.
Como el resto del sector, Lufthansa se ha visto sumida en una crisis sin precedentes por la pandemia de coronavirus que le ha llevado a dejar en tierra la práctica totalidad de sus aviones durante cerca de tres meses. En el fragor de la crisis, el grupo perdía un millón de euros (1,12 millones de dólares) por hora.
Pese a la ayuda pública, los próximos años se anuncian difíciles. La reanudación de la actividad será progresiva. En septiembre, el grupo prevé una oferta inferior al 60% de lo normal.
Crisis duradera
El grupo tendrá que deshacerse de un centenar de aviones de los 763 que tenía antes de la crisis y ha anunciado la supresión de 22.000 empleos, el 16% de sus efectivos mundiales, de ellos la mitad en Alemania.
El miércoles, la dirección y el sindicato del personal de vuelo firmaron un acuerdo que prevé la congelación de los salarios, jubilaciones anticipadas y periodos de desempleo técnico para el personal de vuelo.
En lo que respecta a sus filiales de Lufthansa, Austria ha previsto ayudar a Austria Airlines con 450 millones de euros, y Suiza con 1.200 millones a Swiss y Edelweiss, mientras que las negociaciones se prosiguen en Bélgica donde Brussels Airlines va a suprimir mil empleos.
Asimismo, Lufthansa ya anunciado el cierre de las filiales Germanwings y la rama alemana de SunExpress, que posee con Turkish Airlines.
(Con información de AFP)
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