Christian Brueckner es -según fiscales alemanes- el principal sospechoso de haber secuestrado a Madeleine McCann el 3 de mayo de 2007 en Praia da Luz, Portugal. La niña de 3 años desapareció de su habitación de hotel mientras sus padres se encontraban cenando con amigos a pocos metros del lugar. Alguien ingresó en el lugar y se la llevó. Nunca más supieron de ella y la búsqueda se extendió a todo el planeta. Sin embargo, pese a las incontables falsas pistas, nunca hubo una teoría firme de qué pudo haber ocurrido con la niña británica.
Trece años después la justicia alemana cree estar detrás de una línea de investigación firme sobre el secuestro que conmovió a la opinión pública del Reino Unido. Brueckner tiene un largo prontuario de delitos sexuales y vivía muy cerca del lugar donde fue raptada Maddie aquel mayo. Sin embargo, nunca se lo vinculó con el caso. Hasta ahora. El hombre permanece detenido en una unidad penitenciaria de Braunschweig, donde fue detenido por agresión sexual contra una persona mayor y tráfico de drogas.
Ahora, su ex mejor amigo habló con la prensa inglesa. Michael Tatschl, de 46 años y de origen austríaco, convivió con Brueckner en Praia da Luz, el mismo lugar donde desapareció la niña. “Sé que lo hizo”, sentenció en diálogo con el diario Mirror. “Él era un pervertido y más que capaz de arrebatar un niño para forzarlo sexualmente o por dinero”.
Hace un año, este hombre convertido en vagabundo fue interrogado por la policía de Austria y de Alemania respecto a Madeleine. Sin embargo, enfocó sus acusaciones en su antiguo amigo. Le relató cómo el sospechoso le contaba acerca de su habilidad para filtrarse en los apartamentos y habitaciones de hoteles para robar a los turistas. también que era un usuario de la dark web, que utilizaba para traficar pornografía y drogas. “Christian siempre estaba en la web oscura. No sé exactamente lo que hacía, pero sospecho que se involucraba en drogas y pornografía. Robaba dinero, objetos de valor y pasaportes. Tenía un escondite en su casa, en el techo. Tenía el dinero y los pasaportes escondidos allí”, relató.
“Siempre se jactaba de dinero y de ganar dinero. Incluso habló de vender niños, tal vez a Marruecos. Creo que probablemente le vendió a Maddie a alguien. Tal vez a un círculo sexual. Estaba viviendo con él en ese momento. Él era mi mejor amigo. Sé que lo hizo. Definitivamente era un pervertido. Todos sus amigos pensaban eso de él. Tuvo algunos problemas sexuales”, manifestó Tatschl.
Tatschl sostuvo además sus sospechas respecto al imponente motorhome que utilizaba Brueckner. ¿De dónde había sacado el dinero para semejante inversión? “Todos nos preguntamos de dónde sacó el dinero. Era una cosa cara. Asumimos que era de un gran negocio de drogas o algo así. Ahora sospecho que fue Maddie. Estuvo allí solo por un par de días y regresó a Alemania”. Allí, en ese vehículo, los investigadores hallaron trajes de baño de niños.
La ex novia
Hace pocos días otra allegada a Brueckner rompió el silencio respecto al perfil violento y abusivo del sospechoso de haber secuestrado a Madeleine McCann. La ex novia de Brueckner contó los detalles de la convivencia junto al presunto pedófilo durante los años en que ambos vivieron en Algarve, un pequeño pueblo cercano a Praia da Luz, Portugal, el lugar donde fue raptada la niña que por entonces tenía 3 años.
Originaria de Berkshire, Reino Unido, conoció al hombre cuando ambos trabajaban en un restaurant de aquel pueblo portugués. Al inicio de su relación Brueckner resultaba “encantador”, según resaltó la mujer que mantuvo su identidad bajo reserva. Ni siquiera quiso dar a conocer las siglas de su nombre. Tanto el temor que aún tiene por su ex. Sólo permitió que la fotografiaran con grandes anteojos, sus cabellos cubriendo parte de su rostro y una mascarilla, con la excusa de protegerse del coronavirus.
“Hasta ahora me he negado a creer que alguien con quien estuve involucrada pudiera cometer algo tan horrible y desagradable como lastimar a una niña. Pero ya no estoy segura. Estoy empezando a preguntarme si lo hizo. Y si lo hizo, necesita ser realmente castigado por ello”, señaló la mujer, hoy de 45 años quien llegó a su destino en Portugal hacia finales de 2003, cuatro años antes de que Madeleine fuera secuestrada.
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