“Una luna de miel de ensueño. Los afortunados recién casados visitaron las islas del Pacífico, estuvieron bajo el sol de California y recorrieron las cuevas talladas por el viento en el Medio Oriente. Todo costó unos 500.000 dólares, y los detalles eran un secreto... Hasta ahora”, reveló el diario británico The Telegraph sobre el misterioso viaje de novios en 2004 de Felipe y Letizia, los reyes de España.
Mientras Felipe y Letizia se escondían en las islas Fiji, anonimato asegurado por sus seudónimos de ‘Mr and Mrs Smith’, dos fuentes a las que accedió el medio británico tomaban nota de todo lo que hacían, cuánto gastaban y quién lo pagaba. Según detallaron, una gran parte fue costeado por Don Juan Carlos, algo inimaginable ahora que el propio Felipe le soltó la mano por sus polémicos cuentas ocultas en el extranjero. Pero en los recibos también aparece otro hombre, un empresario catalán caído en desgracia.
La luna de miel de Felipe y Letizia se concretó en 2004 cuando aún eran Príncipes de Asturias y Don Juan Carlos gozaba de buena imagen. Los detalles del viaje se mantuvieron estrictamente en secreto, y sólo hubo algunos rumores en los medios de comunicación de que habían sido vistos en Asia y México. Según The Telegraph, la aventura comenzó después de que asistieron a otra boda real en Jordania, desde Aqaba fueron a Camboya, Fiji, Samoa, California y terminaron el periplo en México.
Usaron siempre nombres falsos en todos los destinos, pero en uno, el exclusivo complejo turístico de Wakaya, en una isla privada de Fiji, dejaron una nota manuscrita de agradecimiento. Allí, gastaron 33.000 dólares por sólo cinco noches.
Con sólo 10 suites de lujo y dos villas en medio de más de 2.000 acres de selva tropical y exuberantes tierras de cultivo fiyianas y rodeado de arrecifes de coral, el Wakaya Club & Spa es tan lujoso y discreto que por allí también pasaron los más ricos y famosos del mundo, como Bill Gates, Pierce Brosnan, Michelle Pfeiffer, Russell Crowe, Nicole Kidman y Keith Richards.
“¡Qué impresionante y remoto paraíso! Nos lo pasamos muy bien aquí, lejos de la ajetreada realidad y tan bien tratados por su siempre sonriente personal... ¡Una parte muy especial de nuestra Luna de Miel! Nuestros mejores deseos para todos en Wakaya”, escribió Felipe, que firmó la nota como Príncipe de Asturias.
Mientras la Casa Real española se negó a comentar los detalles de la luna de miel o cómo se pagó, los documentos citados por el medio británico, confirman que 269.000 dólares del total de 467.500 dólares que costó la travesía fue financiado por una empresa llamada Navilot, cuyo propietario registrado es un empresario catalán llamado Josep Cusí. Cusi es un amigo de pesca del ahora rey emérito y fue señalado en varias oportunidades como su testaferro.
El empresario no respondió a las llamadas de The Telegraph, pero su abogado solo se limitó a informar que la compañía Navilot es propietaria de “varios yates de la serie ‘Bribón’ en los que compitieron el Rey [Juan Carlos] y el Josep Cusí”. Pero dijo que no tenía conocimiento de ningún otro uso de las cuentas de la empresa
Cusí, de 86 años, es socio y colaborador de Juan Carlos desde principios de los años 70, y juntos han ganado decenas de regatas, entre ellas 12 títulos nacionales. “Mientras compraba y vendía yates para Juan Carlos, Cusí siempre ha mantenido un perfil bajo. Una de las pocas veces que su nombre apareció en la prensa fue cuando supuestamente golpeó a un periodista español en el suelo de un club náutico en Italia en 1984 porque había informado que el yate Bribón IV se había vendido por 275.000 dólares”, detalla el medio.
En noviembre de 1989, Cusí se convirtió en el gerente y primer accionista de Navilot, empresa creada en Barcelona pocas semanas antes por Javier Villalba Catalá, abogado que ha formado parte del consejo de más de 100 empresas, entre ellas las vinculadas a Jordi Pujol Ferrusola, hijo mayor del ex presidente de Cataluña, Jordi Pujol, que está siendo investigado por un juez de la Audiencia Nacional de España por sospecha de corrupción y blanqueo de dinero para amasar una fortuna oculta que la policía antifraude española ha estimado en 290 millones de euros.
Estas revelaciones complican al rey Felipe que en las últimas semanas se ha esforzado por diferenciarse de su padre, envuelto en una trama de presuntas comisiones por un contrato en Arabia Saudita, que alimenta las sospechas de una fortuna opaca del antiguo monarca... La causa se inició en septiembre de 2018 a raíz de las filtraciones de unas grabaciones a su ex amante, Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, que aseguraba que Juan Carlos I había cobrado a través de una intermediaria iraní una comisión por la concesión del tren de alta velocidad entre La Meca y Medina a un consorcio de empresas españolas.
“Se trataría de un posible delito de corrupción en las transacciones comerciales internacionales”, había señalado entonces la fiscalía. En España se le atribuyó al rey un papel decisivo en la atribución en 2011 de ese contrato de 6.700 millones de euros (unos 7.500 millones de dólares) al consorcio español para construir la línea ferroviaria en medio del desierto, finalmente inaugurada en 2018.
Reconocido durante décadas como figura clave de la transición democrática, el legado del ex monarca (1975-2014) se ve enturbiado en los últimos años por las sospechas de detentar una fortuna oculta, sobre todo derivada de sus lazos con las monarquías del Golfo.
El diario suizo Tribune de Gèneve publicó a principios de marzo que Juan Carlos recibió, en 2008, 100 millones de dólares del rey Abdalá de Arabia Saudita, en una cuenta en Suiza de una fundación panameña. A mediados de ese mes, el británico The Daily Telegraph indicó que Felipe VI era también beneficiario de esa fundación. La Casa Real aseguró que el monarca pidió a Juan Carlos dejar sin efecto esa designación como beneficiario y renunció a cualquier herencia suya.
La sombra de su progenitor hace polvo los esfuerzos de Felipe VI de marcar distancias con los numerosos escándalos que estallaron al final del reinado de Juan Carlos, que erocionaronla hasta entonces buena imagen de la monarquía y terminaron provocando su abdicación. Al yerno de Juan Carlos, Iñaki Urdangarin, y su hija Cristina de Borbón fueron juzgados por un caso de corrupción que terminó con él condenado a casi seis años de cárcel por malversación. El mismo rey emérito se vio duramente cuestionado en 2012 al conocerse que se rompió una cadera durante una cacería de elefantes en Botsuana mientras los españoles sufrían las draconianas políticas de austeridad impulsadas durante la crisis económica.
Aunque perdió la inviolabilidad al abdicar, el Congreso le concedió la condición de aforado por la que solo puede ser investigado por el Tribunal Supremo, como ocurre con otros dirigentes políticos como los miembros del ejecutivo o los diputados del Congreso.
Ahora, los detalles de la lujosa luna de miel de Felipe y Letizia reavivan la polémica. Si bien no hay ninguna sugerencia de que el actual rey o su esposa hayan estado involucrados en actos ilícitos relacionados con el dinero de su padre, en España comienzan a preguntarse si los reyes deberían devolver el dinero.
"Si esta información se confirma, es un asunto muy serio y pone en duda la versión de los hechos que Felipe VI ha mantenido hasta ahora. El origen de una suma tan elevada requeriría sin duda una explicación por su parte", afirmó Pablo Echenique, portavoz de Podemos, el partido minoritario de la coalición de gobierno de España.
Gabriel Rufián, del Partido de la Izquierda Republicana Catalana, le dijo a The Telegraph que quiere un investigación exhaustiva: “Si el dinero es corrupto, el rey debería devolverlo y ofrecer explicaciones.”
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