La decisión de dejar el Reino Unido y mudarse a California cobra ahora todo el sentido del mundo para Meghan Markle. “Ella está convencida de que está destinada a ayudar a combatir el racismo sistémico en los EEUU”, aseguró un amigo cercano en exclusiva al Daily Mail.
La duquesa cree que su “persistente urgencia por desarraigarse de Inglaterra” fue “obra del destino” para poder estar “a la vanguardia” del movimiento, explicó la fuente.
“Meghan dijo que su voz es más importante que nunca en este momento y que ha estado hablando con Oprah y otros líderes de la comunidad afroamericana sobre cómo puede ser parte de la solución”, agregó. Siente, de hecho, que su misión va mucho más allá de su carrera como actriz. “Quiere usar su voz para el cambio y no ha descartado una carrera en la política”, reveló su amigo.
Meghan, que dejó sus deberes reales junto al príncipe Harry a principios de este año y se trasladó a Los Ángeles en marzo, repudió el asesinato de George Floyd a manos de un policía. Después de unos días de silencio, Meghan se pronunció sobre la muerte de Floyd y afirmó: “Las vidas de los negros son importantes”. Además, en un gesto poco común, admitió que no había hecho ninguna declaración antes porque estaba “nerviosa”. “Pero lo que está mal es no decir nada”, se disculpó.
Habló del asesinato en un discurso a los estudiantes graduados de su escuela, la Immaculate Heart High School en Los Ángeles, a la que asistió desde los 11 a los 18 años. "La vida de George Floyd importaba y la de Breonna Taylor importaba y la de Filadelfia Castilla importaba y la de Tamir Rice importaba", afirmó sobre Floyd y otros afroamericanos asesinados por la Policía en los últimos años.
La duquesa sufrió en carne propia el racismo. En el video, describió las experiencias de su madre y su abuelo, y su propio viaje como mujer birracial. De hecho, ella es la primera mestiza en casarse con un miembro del alto rango de la realeza británica.
Recordó además los disturbios que se desataron en Los Ángeles en 1992 luego que cuatro policías blancos fueran absueltos de cargos de brutalidad contra un hombre negro, Rodney King. Los disturbios, que se expandieron por todo el país, dejaron 59 muertos. “Recuerdo el toque de queda y recuerdo haber regresado apurados a casa y en desde el auto ver caer cenizas del cielo, oler el humo, verlo salir de los edificios”, dijo.
Tan convencida está de que puede ser una de las cabezas del cambio que decidió distanciarse de de su mejor amiga Jessica Mulroney, después de que amenazara con demandar a un influencer afroamericana y todo el asunto se volviera un escándalo en EEUU y en Canadá.
Markle, que vive ahora con el príncipe y su hijo en Malibú, California, sufrió ataques racistas en Gran Bretaña cuando ya era parte de la realeza. El año pasado, un presentador de radio de la BBC fue despedido por publicar un tweet en el que mostraba una imagen de la pareja tomada de la mano con un chimpancé vestido, tras el nacimiento de su hijo, Archie. La leyenda de la foto decía: “El bebé real deja el hospital”.
Antes del nacimiento del pequeño, el año pasado Markle y el príncipe Harry realizaron una gira por Sudáfrica y allí habló con orgullo de su herencia afroamericana: “En una nota personal, permítanme decir que mientras estoy aquí con mi marido como miembro de la familia real, quiero que sepan que para mí, estoy aquí como madre, como esposa, como mujer, como mujer de color y como su hermana”.
Ya en 2012, Markle fue una de las caras de una campaña mundial contra el odio racial. En un video, en el que se la ve utilizando una camiseta blanca con la leyenda “No toleraré el racismo”, envió un fuerte mensaje de concientización hablando desde su propio experiencia.
Por ahora no se pronunció sobre la posibilidad de pasar a la acción y competir por algún puesto electoral, pero su amigo parece muy seguro de lo que cuenta. Sus conversaciones con la popular presentadora Oprah también abren el camino para una futura carrera política.
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