El ministro surcoreano de Unificación, Kim Yeon-chul, encargado de los asuntos relacionados con Corea del Norte, dimitió el viernes en medio de la tensión creciente entre los dos países.
El presidente Moon Jae-in “aceptó la propuesta de dimisión del ministro de Unificación Kim Yeon-chul”, según un comunicado de la Casa Azul, la presidencia surcoreana, que no ha ofrecido más detalles.
Kim presentó su dimisión el miércoles, al día siguiente de la destrucción, por Corea del Norte, de la oficina de enlace entre los dos países situada en su territorio, dando a entender que “asume sus responsabilidades” en el deterioro de las relaciones intercoreanas.
Desde inicios de junio, Pyongyang ha multiplicado las declaraciones agresivas contra su vecino, sobre todo contra los desertores norcoreanos, que desde el Sur envían al Norte folletos de propaganda. Según algunos expertos, el régimen de Kim Jong-un busca provocar una crisis para presionar a Seúl y obtener concesiones.
La oficina de enlace era uno de los símbolos de la distensión de la península. Al día siguiente de su destrucción, Pyongyang amenazó con reforzar su presencia militar en la denominada Zona Desmilitarizada, que separa a las dos Coreas.
El saliente ministro, un académico que además había dirigido un importante centro de estudios estratégicos sobre Corea del Norte, llegó al puesto en abril de 2019 con el objetivo de reimpulsar las relaciones después de la fracasada cumbre de Hanói. Sin embargo, ante la imposibilidad de retomar los proyectos de cooperación económica intercoreana a raíz del bloqueo que deparó dicha cumbre en febrero de aquel año, Kim pudo hacer más bien poco dado que Pyonyang fue apostando progresivamente por endurecer el tono con Seúl y Washington.
La pasada semana Corea del Norte incrementó la dureza de su discurso, acusando al Gobierno de Moon de permitir el envío de globos con propaganda contraria al régimen por parte de activistas desde Corea del Sur, algo que técnicamente viola un pacto para rebajar la tensión militar firmado por los dos países en 2018.
Los analistas creen que el régimen norcoreano ha encontrado en estos envíos de globos una excusa para endurecer una estrategia de presión que tiene su origen en el fiasco de Hanói, donde no logró el levantamiento de sanciones.
La Guerra de Corea (1950-1953) concluyó con un armisticio, y no con un acuerdo de paz, lo que significa que ambos países están, técnicamente, en guerra.
(Con información de AFP y EFE)
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