Australia concluyó que China estuvo detrás del último ciberataque en su contra

Tuvo lugar en mayo de 2019 y apuntó al Parlamento nacional y los tres políticos más importantes, semanas antes de las elecciones generales del país

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El Parlamento de Australia en Canberra (REUTERS/David Gray/File Photo)
El Parlamento de Australia en Canberra (REUTERS/David Gray/File Photo)

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, anunció en la mañana del viernes (hora local) que el país está bajo un “ciberataque masivo” de un “actor estatal extranjero”. E informó que estaba en condiciones de realizar tal afirmación debido a “su escala y naturaleza”, y la manera en que son realizados.

No hay una gran cantidad de actores estatales que estén en condiciones de realizar este tipo de actividades”, agregó Morrison en una conferencia de prensa llamada de improvisto.

Pero uno de los que forman parte de esta corta lista, ya ha concluído la inteligencia nacional, es China. Es que el sector concluyó el año pasado que el gigante asiático fue responsable de un ciberataque a su Parlamento nacional y a los tres partidos políticos más grandes poco antes de las elecciones generales de mayo de 2019. La información fue reportada por Reuters, que citó a cinco personas con conocimiento directo del asunto.

La agencia de inteligencia cibernética de Australia -la Dirección de Señales de Australia (ASD)- concluyó que el Ministerio de Seguridad del Estado de China era responsable del ataque, dijeron a Reuters las cinco personas con conocimiento directo de los resultados de la investigación. Las cinco fuentes se negaron a ser identificadas debido a lo delicado del tema.

El informe de la ASD, que también incluía aportes del Departamento de Asuntos Exteriores, recomendaba mantener en secreto los hallazgos para no interrumpir las relaciones comerciales con Beijing, dijeron dos de las personas. El gobierno australiano no ha revelado quién cree que está detrás del ataque ni ningún detalle del informe.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China negó estar involucrado en cualquier tipo de ciberataque y dijo que Internet estaba lleno de teorías que eran difíciles de rastrear. “Cuando se investiga y determina la naturaleza de los incidentes online debe haber una prueba completa de los hechos, de lo contrario es sólo crear rumores y difamar a otros, poniendo etiquetas en las personas de forma indiscriminada. Queremos subrayar que China también es víctima de los ataques de Internet”, dijo el Ministerio en un comunicado enviado a Reuters. “China espera que se pueda hacer más para beneficiar la confianza con Australia y la cooperación entre los dos países”, agregó.

China es el mayor socio comercial de Australia, dominando la compra de mineral de hierro, carbón y productos agrícolas australianos, comprando más de un tercio del total de las exportaciones del país y enviando allí más de un millón de turistas y estudiantes cada año.

Pero las relaciones entre ambos países han estado marcadas por la tensión este año, específicamente debido al rol del país asiático en la expansión del nuevo coronavirus. Luego de que Australia pidiera una investigación al respecto, China amenazó que ello podría conducir a un boicot de los consumidores al vino australiano o interrumpir los viajes de los turistas del gigante asiático.

Las autoridades australianas consideraban que había una “perspectiva muy real de dañar la economía” si acusaban públicamente a China del ataque, dijo una de las personas.

Acceso sin obstáculos

En febrero de 2019, Australia reveló que los piratas informáticos habían violado la red del parlamento nacional australiano. Morrison dijo en ese momento que el ataque era “sofisticado” y probablemente llevado a cabo por un gobierno extranjero. No nombró a ningún gobierno sospechoso de estar involucrado.

El primer ministro de Australia, Scott Morrison durante una conferencia de prensa en Camberra, Australia, el 18 de junio de 2020. EFE/EPA/LUKAS COCH
El primer ministro de Australia, Scott Morrison durante una conferencia de prensa en Camberra, Australia, el 18 de junio de 2020. EFE/EPA/LUKAS COCH

Cuando se descubrió el ataque, el presidente de la Cámara de Representantes y el presidente del Senado dijeron a los legisladores australianos y a su personal que cambiaran urgentemente sus contraseñas, según una declaración parlamentaria de la época.

La investigación de la ASD estableció rápidamente que los hackers también habían accedido a las redes del gobernante partido Liberal, su socio de coalición -el partido Nacional- y el opositor partido Laborista, dijeron dos de las fuentes.

El momento en que se produjo el ataque, tres meses antes de las elecciones de Australia, y después del ciberataque al Partido Demócrata de EEUU antes de las elecciones de 2016 en EEUU, había suscitado preocupaciones de injerencia electoral, pero no había indicios de que la información reunida por los piratas informáticos se utilizara de ninguna manera, dijo una de las fuentes.

Morrison y su coalición Liberal-Nacional ganaron por poco las elecciones de mayo, un resultado que Morrison describió como un “milagro”.

El ataque a los partidos políticos dio a sus autores acceso a documentos sobre temas como impuestos y política exterior, y correspondencia privada por correo electrónico entre los legisladores, su personal y otros ciudadanos, dijeron dos fuentes. Los miembros independientes del parlamento y otros partidos políticos no se vieron afectados, dijo una de esas fuentes.

Los investigadores australianos encontraron que el atacante utilizó códigos y técnicas que se sabe fueron utilizadas por China en el pasado, según las dos fuentes. La inteligencia australiana también determinó que los partidos políticos del país eran un objetivo del espionaje de Beijing, añadieron, sin especificar ningún otro incidente.

Los atacantes utilizaron técnicas sofisticadas para tratar de ocultar su acceso y su identidad, dijo una de las personas, sin dar detalles. Las conclusiones del informe también se compartieron con al menos dos aliados, los Estados Unidos y el Reino Unido, dijeron cuatro personas familiarizadas con la investigación. El Reino Unido envió un pequeño equipo de expertos cibernéticos a Canberra para ayudar a investigar el ataque, tres de esas personas dijeron.

Lazos chinos

En los últimos años, Australia ha intensificado sus esfuerzos para hacer frente a la creciente influencia de China en el país, políticas que han visto sufrir el comercio con China.

El presidente chino Xi Jinping en una sesión parlamentaria en Beijing el 22 de mayo de 2020 (REUTERS/Carlos Garcia Rawlins/File Photo)
El presidente chino Xi Jinping en una sesión parlamentaria en Beijing el 22 de mayo de 2020 (REUTERS/Carlos Garcia Rawlins/File Photo)

Por ejemplo, en 2017, el gobierno en Canberra prohibió las donaciones políticas desde el extranjero y exigió a los grupos de presión que registraran cualquier vínculo con gobiernos extranjeros. Un año más tarde, la ASD dirigió la evaluación de los riesgos de la nueva tecnología 5G en Australia, lo que llevó a Canberra a prohibir efectivamente a la empresa china de telecomunicaciones Huawei su naciente red 5G.

Mientras que algunos funcionarios y diplomáticos estadounidenses han acogido con agrado estas medidas de Australia y elogian la sólida relación de inteligencia de los países, otros se han visto frustrados por la reticencia de Australia a enfrentarse más públicamente a China, según dos fuentes diplomáticas estadounidenses.

En una visita a Sydney el mes pasado, el Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo pronunció una crítica apenas velada al enfoque de Australia después de que la Ministra de Relaciones Exteriores Marise Payne dijera que Canberra tomaría decisiones hacia China en base al “interés nacional”.

Pompeo dijo que los países no podían separar los asuntos comerciales y económicos de la seguridad nacional. “Puedes vender tu alma por un montón de granos de soja, o puedes proteger a tu gente”, dijo a los periodistas en una aparición conjunta con Payne en Sydney.

La oficina de Morrison se negó a comentar si Estados Unidos había expresado alguna frustración en Australia por no haber desafiado públicamente a China por el ataque de 2019.

Por Colin Packham (Reuters)

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