Los principales expertos del gobierno japonés divulgaron un informe que detalla cuáles fueron las medidas clave que permitieron levantar el estado de emergencia en menos de dos meses y destacaron los puntos sobre los que se mantiene la vigilancia para evitar un rebrote o la temida segunda ola de coronavirus.
Si bien la restricción de visitantes desde la provincia china de Hubei, foco original de la pandemia, fue decretada el 1 de febrero, el país permaneció abierto a los viajeros de Europa y otras zonas afectadas hasta el 27 de marzo, pocos días después de anunciar el aplazamiento de los Juegos Olímpicos que iban a disputarse este año en Tokio. El estado de emergencia, con controles estrictos, fue decretado recién en abril.
Sin embargo, los números no crecieron exponencialmente. Hasta este domingo, Japón ha detectado 18.220 casos de coronavirus, con menos de mil muertes (940). La medida fue levantada el 25 de mayo en Tokio y las últimas prefecturas donde permanecía vigente. De todas formas, en la capital se detectó en la última jornada 47 nuevos casos, la cifra más alta en un mes, por lo que la estrategia permanece en alerta.
Hitoshi Oshitani y Shigeru Omi, expertos del panel asesor del gobierno de Shinzo Abe, destacaron tres puntos por los cuales el número de casos y fallecidos ha sido “comparativamente bajo” en el país: el fácil acceso al sistema nacional de seguro de salud, la atención médica de alta calidad incluso en zonas rurales y el alto nivel de higiene del público, así como su disposición para cumplir las medidas del gobierno. Pero los especialistas también destacan otros factores con menos atención mediática: la detección temprana de oleadas de transmisión y un enfoque basado en los focos infecciosos (clústers).
Oshitani y Omu señalaron que Japón detectó tempranamente la primera oleada, lo que condujo a una curva de transmisión más gradual. “Estados Unidos y Europa, por el contrario, sufrieron rápidos aumentos repentinos”, explicaron.
En cuanto a los focos infecciosos, explicaron que se ha utilizado un rastreo de contacto exhaustivo y retrospectivo para identificar fuentes comunes de infección, lo que ayuda a suprimir una mayor propagación. “El rastreo retrospectivo puede identificar infecciones de manera más eficiente que un enfoque estrictamente prospectivo, permitiendo un control más efectivo”, sostuvieron.
También, el panel desarrolló el concepto de las “Tres C” (por sus términos en inglés) para denotar lugares y situaciones de alto riesgo: closed spaces (espacios cerrados), crowded places (lugares con mucha gente) y close-contact settings (situaciones con contactos cercanos), una campaña que se popularizó para sembrar la conciencia sobre los hábitos recomendados. Además, se amplió a evitar conductas como hablar en voz alta y cantar, que esparce partículas de saliva.
Pese a las medidas de prevención, el estado de emergencia fue considerado necesario por la detección de un aumento de infecciones, así como la mayor tensión del sistema hospitalario.
Menos testeos
Los expertos admiten que Japón realizó una cantidad de proporcional de exámenes de diagnóstico menor que en otros países, y explican que los tests se centraron en grupos de alto riesgo y personas asociadas con focos infecciosos sospechados.
“En el pico del brote a principios de abril, las pruebas oportunas no siempre estaban disponibles para quienes lo necesitaban, debido a la capacidad limitada. Este era un problema que Japón ahora está abordando”, indicaron, pero apuntaron que la infraestructura de testeos de Japón ha sido adecuada desde una perspectiva de salud pública. Por ello, indicaron que la cantidad de exámenes ha sido apropiada para la escala del brote.
Frente a la reapertura y la posibilidad de nuevos contagios, indicaron que los nuevos objetivos en la política de tests son aumentar las pruebas de laboratorio que identifiquen casos en una etapa temprana (para facilitar el tratamiento médico oportuno y la prevención de futuras infecciones) y el uso de pruebas rápidas de detección de antígenos (las sustancias que producen anticuerpos), lo que identifica altas cargas virales y puede ayudar a detectar casos especialmente infecciosos.
Plan económico
En paralelo con las medidas sanitarias y de epidemiología, el gobierno también trazó dos enormes paquetes de apoyo, con un valor superior a los 2 billones de dólares.
En el Primer Presupuesto Suplementario, casi el 80% fue destinado a proteger el empleo y mantener la continuidad de las actividades empresariales. Además, se impulsó las medidas preventivas y se fortaleció las estructuras sanitarias.
En el Segundo Presupuesto Suplementario, se fortaleció el respaldo de la liquidez, principalmente a través de préstamos, y se amplió el subsidio de ajuste de empleo.
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