Al menos 136 ensayos de vacunas para la COVID-19 están en desarrollo en decenas de países que compiten por ser los primeros en hallar una fórmula segura, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Los expertos destacan podría necesitarse más de una para poder enfrentar el avance de la pandemia a nivel mundial.
El reporte del organismo señala que la prueba más avanzada es la de la Universidad de Oxford y el grupo farmacéutico británico AstraZeneca, ya en la fase 2b/3. El laboratorio afirmó el viernes que espera resultados para septiembre sobre la eficacia de su vacuna.
Estados Unidos es el país con más ensayos en desarrollo, ya sea de forma independiente o en sociedad con otros países, para un total de 39, según el conteo del portal South China Morning Post. En segundo lugar figura China, con 20 proyectos.
No obstante, el gigante asiático es la nación con más candidatos en segunda fase, ya que tiene cinco estudios que ya están analizando posibles efectos secundarios en humanos: dos del Instituto Biológico de Beijing (junto a Sinopharm y a CanSino Biological Inc.), una del Instituto Biológico de Wuhan (junto a Sinopharm), una del laboratorio Sinovac y una del Instituto de Biología Médica junto a la Academia China de Ciencias Médicas.
Por su parte, EEUU tiene tres en esta etapa: los ensayos de Inovio Pharmaceuticals, Novavax y Moderna/NIAID. Este último, no obstante, anunció que comenzará la tercera fase de testeos en el mes de julio.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU prevén que varias de ellas iniciarán las pruebas finales en gran escala en los próximos meses, aunque no hay garantías de que alguna de ellas resulte eficaz. Pero si todo va bien, “habrá la posibilidad de saber” para fines de año cuáles vacunas son eficaces, dijo el doctor John Mascola, director del centro de investigación de vacunas del NIH, a una reunión de la Academia Nacional de Medicina el miércoles.
Otro tema de gran importancia para afrontar la pandemia es la producción y distribución. Por ello, los gobiernos están acumulando cientos de millones de dosis de distintas vacunas potenciales para estar en condiciones de iniciar la vacunación apenas los científicos determinen cuáles de ellas son eficaces. En Estados Unidos, un programa llamado “Operation Warp Speed” aspira a contar con 300 millones de dosis para enero.
Según el SCMP, los principales ensayos han tenido una inversión aproximada de USD 2.380 mil millones (ejecutada o calculada hasta el momento).
A inicios de mes, gobiernos y organizaciones prometieron la donación de USD 8.800 mil millones para asegurar los costos de inmunización de los niños de los países más pobres.
Uso de animales
Los ensayos con animales permiten determinar cómo reacciona el organismo a las vacunas en formas que no se podría con personas, dijo Kate Broderick, jefa de investigaciones de Inovio Pharmaceuticals.
En el caso de la pandemia, tres estudios recientes con monos ensayaron distintos tipos de vacunas contra el COVID-19 en la Universidad de Oxford y el Sinovac chino. Fueron estudios pequeños, pero ninguno de los monos dio muestras de facilitación de la infección por anticuerpos cuando los científicos inocularon el coronavirus directamente en las narices o tráqueas de los animales.
Algunas de las pruebas mejores hasta el momento de que cierta vacuna pudiera ser eficaz proviene de esos estudios con monos. Oxford y Sinovac crearon vacunas muy distintas contra el COVID-19 y en estudios por separado, cada equipo informó recientemente que los monos vacunados estaban protegidos contra la neumonía, mientras que los vacunados con un placebo se enfermaron.
(Con información de AFP y AP)
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