Las mascarillas de tela hechas por fábricas textiles francesas se venden menos que las desechables, que vienen en su mayoría del extranjero. Se calcula que 40 millones de mascarillas no se han vendido.
En Francia, millones de mascarillas de tela y fabricadas en suelo francés duermen en el fondo de sus cajas por falta de compradores. Las desechables, que vienen principalmente de Asia, se han vuelto más atractivas. Según la Unión de las Industrias Textiles (UIT), unas mil fábricas se movilizaron para ayudar a la producción, y hoy en día, 40 millones de mascarillas siguen sin encontrar boca.
Tras un llamado a la movilización general para su fabricación, “tenemos un poco de amargura; vemos que la crisis sanitaria está terminando, que la demanda de mascarillas es menos fuerte y que hay competencia de las desechables de Asia. En el uso, no son más baratas porque las textiles francesas son lavables al menos 30 veces y son mucho más ecológicas y reciclables”, dijo Yves Dubief, presidente de la UIT, en la radio Franceinfo.
De solución a desperdicio
En el inicio de la crisis, cuando todo el mundo buscaba protegerse, las mascarillas de tela parecían ser la solución, y costureras voluntarias así como fábricas se movilizaron por todo el país. Pero esta primera opción fue pronto reemplazada por la de las mascarillas desechables, cuando se volvieron disponibles en farmacias y supermercados a principios de mayo.
En términos de consumo, resulta más fácil usar mascarillas desechables si se toma en cuenta las reglas que hay que seguir para lavar una mascarilla de tela, para la cual hay además varios modelos, a precios y calidades muy diferentes. Aunque sea más caro y menos ecológico.
Sin embargo, esta situación no sólo tiene que ver con el comportamiento de los consumidores. Las grandes empresas también han favorecido las máscaras desechables para sus empleados, apunta el Ministerio de Economía y Finanzas. El Estado mismo favoreció en algunos casos a importadores extranjeros para ganar tiempo, mientras alentaba la producción nacional.
¿Qué futuro para estas mascarillas?
La Unión de las Industrias Textiles propone que el Estado compre los productos no vendidos “para aumentar el stock preventivo”. Pero por el momento, la respuesta estatal fue confiar a dos gerentes de empresas textiles (Yves Dubief, director general de la empresa Thentorey y presidente de la UIT, y Guillaume Gibault, fundador de Slip Français) la promoción de estas mascarillas “made in France”, a nivel nacional e internacional.
(Artículo publicado por RFI)