El presidente de Burundi Pierre Nkurunziza falleció este martes de un fallo cardíaco, informó un comunicado oficial.
“El Gobierno de la República de Burundi anuncia con gran tristeza la inesperada muerte de Su Excelencia Pierre Nkurunziza, Presidente de la República de Burundi tras un fallo cardíaco el 8 de junio de 2020”, dijo en un post en su cuenta oficial de Twitter.
Un evangélico que creía haber sido elegido por Dios para gobernar la nación de África Oriental, Nkurunziza llegó al poder en 2005, cuando fue elegido por el Parlamento.
Su controvertida y finalmente exitosa candidatura para un tercer mandato en 2015 sumió al país en una crisis.
La violencia dejó por lo menos 1.200 muertos, desplazó a cientos de miles de personas y las autoridades llevaron a cabo una represión sostenida contra la oposición y los medios de comunicación.
Hay un episodio que simboliza el estilo estilo autocrático de Nkurunziza. El presidente era un amante del fútbol y solía jugar algunos partidos con el club Hallelujah FC, el cual también presidía. Por supuesto, todo solía estar organizado para que Nkurunziza luciera sus limitadas habilidades con el balón y su equipo saliera victorioso. Pero en marzo de 2018 fue invitado por algunos funcionarios regionales de su gobierno a jugar un partido en Kiremba contra un combinado de jugadores locales y refugiados congoleños que, al parecer, no conocían a Nkurunziza. El presidente fue marcado agresivamente durante todo el partido, sufrió varios golpes y se cayó varias veces. Al terminar el partido, Nkurunziza ordenó el arresto de dos funcionarios que se habían encargado de organizar el encuentro, uno de de ellos incluso había oficiado de director técnico del equipo local. La prensa oficial explicó que en el partido había habido un intento de “socavar la seguridad del Estado” y que los equipos rivales del Presidente debían estar exclusivamente conformados por burundeses.
La muerte de Nkurunziza se produce tras las elecciones del 20 de mayo, en las que su sucesor, Evariste Ndayishimiye, elegido a dedo, se aseguró un mandato de siete años como presidente, resultado confirmado por el Tribunal Constitucional el pasado jueves.
Ndayishimiye sustituiría en el cargo, que asumirá en agosto y durante siete años, Nkurunziza, que después de 15 años no optó a la reelección pese a sus intentos de perpetuarse en el poder.
Nkurunziza había dirigido este país de África del Este con un creciente autoritarismo desde el final de la guerra civil (1993-2005), que enfrentó a hutus (el 85 % de la población) y tutsis y causó unos 300.000 muertos.
El presidente optó en 2015 a un tercer mandato prohibido por la Constitución, lo que desató una ola de protestas con miles de muertos y medio millón de desplazados, según la ONU, además de un intento fallido de golpe de Estado en mayo de aquel año.
Nkurunziza había asegurado que no concurriría a los comicios, pero sus intenciones estaban poco claras por la promulgación de una nueva Constitución en 2018 que eliminaba el límite de mandatos y allanaba el camino para que pudiera seguir en el poder hasta 2034.
El pasado diciembre, confirmó finalmente que no optaría a un cuarto mandato al frente del CNDD-FDD y, poco después, respaldó a Évariste Ndayishimiye.
Nkurunziza fue hospitalizado durante el fin de semana y su salud “cambió abruptamente” el lunes.
El país observará siete días de luto a partir del martes.
Con información de AFP y EFE
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