El estudio, publicado el 22 de mayo en la prestigiosa revista médica The Lancet, había causado un profundo impacto en el mundo de la salud. De hecho, provocó un cambio efímero en la política de la Organización Mundial de la Salud sobre la hidroxicloroquina al considerarla ineficaz en el tratamiento de la Covid-19. Pero se vino abajo este jueves después de que tres de sus cuatro autores se retractaran.
“Ya no podemos garantizar la veracidad de las fuentes de datos primarias”, escribieron los tres en The Lancet, acusando así al cuarto autor, jefe de la compañía que recogió esos indicadores y que se niega a dar acceso a la base de datos. La investigación concluía a partir de esa información que la hidroxicloroquina no es beneficiosa para los enfermos de Covid-19 hospitalizados e incluso podía ser nefasta para ellos.
El artículo desencadenó un aluvión de críticas, no sólo de los defensores de la polémica droga, como el investigador francés Didier Raoult, quien lo tachó de “pésimo”, sino también de científicos escépticos sobre el interés de este medicamento para los enfermos infectados con el nuevo coronavirus. Así que el miércoles la OMS anunció la reanudación de los ensayos clínicos con la hidroxicloroquina y el estudio europeo Discovery prevé hacer lo propio.
Las críticas cuestionaban la fiabilidad de los datos en los que se basaba el estudio (96.000 pacientes de 671 hospitales) recopilados por la compañía estadounidense Surgisphere, que se presenta como una empresa de análisis de datos sanitarios y está dirigida por el cuarto autor del artículo, Sapan Desai. Los otros autores respondieron anunciando una auditoría “independiente” de sus resultados y del origen de los datos. Pero finalmente tres de ellos, incluido el director Mandeep Mehra, tiraron la toalla.
Como Surgisphere rechazó trasladar la base de datos debido a acuerdos de confidencialidad con sus clientes (los hospitales donde se obtuvieron). “(Los auditores) no pudieron realizar una revisión independiente y nos informaron de su retirada del proceso de evaluación”, escribieron los tres investigadores en el texto publicado el jueves, en el que presentan “sus más profundas disculpas”.
En un comunicado, The Lancet aseguró que se toma “muy en serio las cuestiones de integridad científica” y estimó “urgente” evaluar otras colaboraciones con Surgisphere. “Todavía hay preguntas pendientes sobre Surgisphere y los datos supuestamente integrados en este estudio”, insistió la revista.
Por su parte, The New England Journal of Medicine (NEJM), que publicó un estudio del mismo equipo realizado con datos de Surgisphere sobre el vínculo entre la mortalidad por Covid-19 y las enfermedades cardiacas, también anunció el jueves por la noche la retractación del documento. El doctor Desai, que ha defendido desde el comienzo “la integridad” de sus datos, se negó a hacer comentarios el jueves, afirmó a la AFP la agencia a cargo de su comunicación.
En una carta abierta publicada la semana pasada, decenas de investigadores de todo el mundo elaboraron una larga lista de puntos problemáticos del estudio, desde incoherencias en las dosis administradas en algunos países hasta cuestiones éticas sobre la recopilación de información. Además, los firmantes consideraron que se necesitan ensayos clínicos rigurosos para evaluar los medicamentos, mientras que el controvertido estudio no es más que una compilación de datos preexistentes.
El propio estudio polémico recalcaba la necesidad de continuar los ensayos clínicos para “confirmar” sus resultados. El miércoles, otro estudio llevado a cabo en Estados Unidos y Canadá y publicado en el NEJM concluyó que la hidroxicloroquina es ineficaz en la prevención de la Covid-19.
Estos resultados eran muy esperados porque se siguió un protocolo considerado de referencia para el estudio de los resultados clínicos. Pero el ensayo es “demasiado pequeño para ser irrefutable”, aclaró Martin Landray, epidemiólogo de la universidad de Oxford.
Tras la reanudación de los ensayos de la OMS, se esperan nuevas conclusiones. “Los resultados de los ensayos aleatorios son necesarios para sacar conclusiones fiables. Esperemos que estén disponibles pronto”, comentó este jueves Stephen Evans, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine.
Con información de AFP (por Amélie Bottollier-Depois)
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