El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, participó de una marcha contra el racismo este viernes, y durante su transcurso se arrodilló para mostrar solidaridad con la consigna y los manifestantes.
El hecho tuvo lugar fuera del Parlamento en la capital, Ottawa, en el marco de las numerosas demostraciones que han tenido lugar tanto en Estados Unidos como a nivel global a raíz del asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis.
Luego de que Trudeau llegara al lugar, acompañado por el ministro de Familias Ahmed Hussen y su escolta, distintas personas presentes le pidieron que hincara la rodilla, gesto que se ha usado para ilustrar el apoyo a las premisas del movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan, en inglés).
El mandatario accedió y se mantuvo con una rodilla en el suelo durante al menos dos minutos, mientras tenía en su mano una remera con la leyenda “Black Lives Matter”. También asintió para expresar su apoyo cuando distintos manifestantes corearon la misma consigna. También aplaudió el discurso de una manifestante.
Trudeau ya se había pronunciado respecto de las protestas en Estados Unidos, cuando ofreció una particular respuesta. En el marco de una conferencia de prensa, el jefe de Estado fue consultado sobre un evento del día anterior, donde agentes de seguridad usaron gas lacrimógeno contra varios manifestantes para despejar el camino de Donald Trump, quien después de dar un discurso en la Casa Blanca se dirigió desde allí hacia la iglesia de St John’s para tomar una fotografía.
El premier de Canadá, que suele responder rápidamente, se detuvo y se esforzó durante 21 segundos por encontrar las palabras adecuadas. “Todos vemos con horror y consternación lo que está pasando en los Estados Unidos. Es el momento de estar unidos... Es el momento de escuchar, de aprender ante las injusticias que siguen teniendo lugar a pesar del progreso realizado durante años y décadas", dijo.
En otro momento de la rueda de prensa, Trudeau hizo hincapié en que su trabajo como primer ministro es “centrarse en los canadienses”. “Los canadienses necesitan un Gobierno que les apoye y les guíe en la buena dirección, y eso haré”, aseguró.
Las manifestaciones por la muerte de Floyd se replicaron en distintas ciudades del mundo. En la ciudad más grande de Australia, miles marcharon pacíficamente y gritando consignas de “No puedo respirar”, mientras que miles más se manifestaron en La Haya, Holanda, y una protesta similar atrajo a cientos de personas en Tel Aviv, Israel.
En ciertos casos, funcionó como catalizador para realizar reclamos por muertes similares que tuvieron lugar en sus países. En Francia, varios miles de personas ignoraron las prohibiciones relacionadas con la pandemia de coronavirus para rendir tributo a Floyd y a Adama Traore, un francés de raza negra que murió en custodia de la policía.
Los ejemplos se repitieron en Colombia y México. En el país sudamericano miles mostraron su indignación por la muerte de Anderson Arboleda, un joven de 21 años que en mayo murió luego de ser agredido por policías en Puerto Tejada, Cauca.
En México, en tanto, se intensifica la tensión por el caso de Giovanni López, un albañil de 30 años que el 4 de mayo murió luego de ser detenido por policías del municipio de Ixtlahuacán por no tener puesto un cubrebocas. Su familia informó que les notificaron su muerte ocurrida porque a los policías “se les había pasado la mano.
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