Noruega es de los países europeos que mejor ha afrontado la crisis del coronavirus. Su modelo fue elogiado en contraposición al sueco, por una cuarentena temprana, aunque no tan rígida como la de otros países europeos que resultaron más afectados: las personas podían seguir saliendo a caminar por las calles y la mayoría de los negocios siguieron abiertos, aunque con estrictas medidas de distanciamiento social e higiene. El número de muertes se mantuvo en niveles relativamente bajos comparado con otros países europeos (hoy está en 44 por millón de habitantes) y ya desde hace algunas semanas la mayoría de las actividades que se habían suspendido comenzaron a volver a la normalidad, incluidas las clases en las escuelas.
Muchas de las medidas tomadas están siendo reevaluadas por los científicos en Noruega, a la luz de los datos que fueron surgiendo con la evolución de la pandemia. Este lunes, el líder del comité de expertos que conformó la Dirección de Salud de Noruega, afirmó en una entrevista que, aún si surge una segunda ola de la pandemia, el país debería evitar una nueva orden de cuarentena.
“Recomendamos un enfoque mucho más ligero”, dijo Steinar Holden a The local. “Deberíamos empezar con medidas a nivel individual, que es lo que tenemos ahora, y si hay una segunda ola, deberíamos tener medidas en el área local donde esto ocurre, y evitar las medidas a nivel nacional si es posible”.
“La decisión de cerrar escuelas y jardines de infantes, limitar las reuniones a sólo cinco personas, cerrar peluquerías y otros tratamientos individuales, e imponer el trabajo a domicilio, ha sido costosa”, agregó el jefe del Departamento de Economía de la Universidad de Oslo, que está al mando del equipo creado por el Departamento de Salud para evaluar el impacto socio-económico de las medidas aplicadas desde el comienzo de la crisis.
La declaración de Holden va en la misma línea de las de la primera ministra noruega, Erna Solberg, que la semana pasada admitió en TV que tomó la decisión de cerrar las escuelas en medio de la pandemia del coronavirus “por miedo” y algo de “pánico”. Durante una entrevista con la emisora estatal NRK, Solberg dijo: “¿Era necesario cerrar las escuelas? Tal vez no. Pero al mismo tiempo, creo que fue lo correcto en ese momento. Basándonos en la información que teníamos, tomamos una estrategia de precaución”.
“Probablemente tomé muchas de las decisiones por miedo”, admitió. "Los peores escenarios se volvieron controlantes de la situación y comenzamos a pensar ¿Cómo debería actuar un líder?’”.
También la directora del Instituto de Salud Pública de Noruega, Camilla Stoltenberg, había explicado en entrevista con Infobae que su país tomó una visión “relajada” de la cuarentena y que aun así el gobierno había decidido cerrar las escuelas a pesar de los responsables de salud no veían evidencias de que fuera necesario.
“Las medidas que pusimos en vigor el 12 de marzo han tenido consecuencias bastante pesadas sobre la economía: estimamos el efecto de todas ellas en 27.000 millones de coronas (2.780 millones de dólares) al mes”, dijo Holden.
Según el segundo informe presentado el 22 de mayo por el equipo de asesores del gobierno noruego, la mejor estrategia es el enfoque que lleva actualmente adelante el país nórdico que consiste en utilizar las pruebas y el rastreo de contactos para aislar los nuevos brotes de infección a medida que se producen, manteniendo la tasa de reproducción de Noruega por debajo de 0,9, al tiempo que las restricciones sociales se limitan a la buena higiene individual y algunas medidas de distanciamiento social.
Esta estrategia, si tiene éxito, costaría sólo 131.000 millones de coronas (USD 13.600 millones) entre junio de 2020 y 2023, cuando debería haberse desarrollado una vacuna.
Holden aseguró que, si no se logra mantener la infección bajo control y se requieren nuevas medidas de bloqueo para mantener el número de reproducción de Noruega en alrededor de 0,9, entonces el costo se elevaría a un costo prohibitivo de 386.000 millones de coronas (USD 40.060 millones) durante el período.
En ese caso, aseguró Holden, sería mejor cambiar a una “estrategia de freno”, en la que se intente mantener el número de reproducción en 1,15 pero sin regresar a una estrategia de cierre total.
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