La Policía Nacional española investiga “una fiesta privada ilegal de la alta sociedad en la que un turista extranjero vinculado a la Casa Real belga, dio positivo por coronavirus”, lo que puso en cuarentena a todos los asistentes. La fiesta reunió a 27 personas -muy por encima de las 15 permitidas por ahora- de la alta sociedad de la ciudad de Córdoba (sur), y un día después uno de sus asistentes dio positivo por la enfermedad.
Aunque las autoridades españoles no difundieron de quién se trata, la prensa de Bélgica asegura que es el Príncipe Joaquín, sobrino del Rey. Según adelantan los diarios La Meuse y Sud Info, ha sido la propia Casa Real de Bélgica la que ha confirmado esta circunstancia.
Las 27 personas asistentes están en cuarentena, mientras se estudia también qué contactos pudieron tener. Siendo positivo aunque sin saberlo, el Príncipe viajó por avión a Madrid y desde allí en tren de alta velocidad hasta Córdoba.
El Príncipe Joaquín de Bélgica es hijo de la Princesa Astrid y del Príncipe Lorenz. Desde hace años mantiene una relación con una joven cordobesa a la que conoció en Bruselas. De esa relación se han hecho eco las páginas de sociedad de las principales revistas españolas. oaquín no tiene función oficial dentro de la familia real belga y sus desplazamientos corresponden a su vida privada. Es el noveno en la línea de sucesión al trono belga.
Las autoridades, además, investigan el viaje del Príncipe a España y si se saltó o no la cuarentena de 14 días a la que obliga el Gobierno a todas las personas que entran en el país. También se investiga al organizador de la fiesta y qué hacían en Córdoba los cinco sevillanos, tanto si tenían permiso para viajar entre provincias o no durante el estado de alarma.
Las autoridades pusieron la fiesta en conocimiento de la Policía Nacional ante la posibilidad de que se hubieran cometido irregularidades, informaron este sábado a Efe fuentes del Gobierno de la región de Andalucía. La delegada del Gobierno central en la provincia de Córdoba, Rafaela Valenzuela, mostró su indignación por este tipo de comportamientos, ya que “ponen en riesgo” todo lo conseguido con el confinamiento de la población.
“Siento sorpresa e indignación ya que en un momento de luto nacional por tantos fallecidos, llama mucho la atención un hecho de este tipo. Es una irresponsabilidad máxima, porque ese número de personas multiplicado puede producir un brote, y eso significa que Córdoba, después de pasar a fase 2, dé marcha atrás. Esto es imperdonable. La policía investiga no solo el seguimiento del confinamiento, sino las infracciones de las normas, ya que seguimos en estado de alarma. El virus sigue ahí”, criticó este sábado la subdelegada del Gobierno en Córdoba, Rafaela Valenzuela.
Las fiestas con concentraciones de personas superiores a las permitidas se han convertido en una de las principales preocupaciones de las autoridades españolas ahora que la virulencia de la pandemia del coronavirus está remitiendo.
En la ciudad de Lleida (Cataluña, noreste), una fiesta con 20 personas en la que cuatro de ellas eran positivas de COVID-19 y contagiaron al resto fue esta semana uno de los episodios que hicieron que la provincia del mismo nombre no pasara a la fase siguiente del desconfinamiento, hasta que las autoridades estuvieran seguras de tener todos los casos bajo control.
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