La tasa de suicidios en Japón cayó un 20% en el mes de abril, en comparación con la del mismo mes del año pasado. Se trata de la mayor caída de este índice en cinco años, a pesar de los temores de que la pandemia de coronavirus causaría un mayor estrés mientras muchas líneas de ayuda y de prevención al suicidio no estaban operando o tenían poco personal.
Entre los factores a tener en cuenta detrás de este fenómeno, se cuenta que las personas pasan más tiempo junto a sus familias y dedican menos tiempo a viajar al trabajo, informó el sábado un artículo del diario británico The Guardian. Otro factor ha sido el retraso en el inicio del año escolar.
En abril, 1.455 personas se quitaron la vida en Japón; 359 menos que en abril del 2019. El suicidio ha registrado una tendencia a la baja en Japón desde que alcanzó su punto máximo con más de 34.000 casos anuales en 2003. El año pasado se registraron un poco más de 20.000, y la gran caída ocurrida durante el último mes se produjo en el momento en el que se temía por un nuevo pico.
En Japón, los contagios por coronavirus alcanzaron su punto máximo a mediados de abril, con 500 por día, lo que llevó al gobierno a declarar un estado de emergencia el 16 de abril, aunque las restricciones fueron menos estrictas que las de otros países.
Las medidas tomadas para que la gente se quede en su casa afectaron sensiblemente a las organizaciones que se ocupan de la prevención del suicidio, con aproximadamente el 40% de ellas cerradas o trabajando en horarios reducidos, lo que generó preocupaciones sobre las personas que podrían ser vulnerables ante esta problemáticas.
La tendencia a la baja de la tasa de los suicidios registrada los últimos años en el país se ha efectuado pese a un aumento del mismo entre los niños, para quienes la intimidación y otros problemas en la escuela son una causa frecuentemente citada.
Por eso, el comienzo del año académico en el mes de abril en Japón, es un momento particularmente estresante para algunos. Su aplazamiento debido a la pandemia puede haber salvado vidas, al menos temporalmente.
“La escuela es una presión para algunos jóvenes, pero este mes de abril no existió esa presión”, dijo Yukio Saito, ex jefe del servicio de asesoramiento telefónico de la Federación Japonesa de Inochi-no-Denwa. “En casa con sus familias, se sienten seguros”, añadió.
En cuanto a los adultos, en tiempos de crisis y desastres nacionales, “tradicionalmente, las personas no piensan en el suicidio”, dijo Saito, señalando que dicha paradoja se repitió en el año 2011, cuando se registró una caída en los casos pese a un terremoto gigante, un tsunami y la crisis nuclear en Fukushima.
Por último, la gran caída en el número de personas que viajan a sus oficinas, donde a menudo trabajan largas jornadas, también se ve como otro factor que contribuye a la menor tasa de suicidios.
Las presiones económicas y laborales son, en efecto, factores importantes para los japoneses. El año posterior a la crisis financiera de 1997 en Asia se produjo un aumento récord de casi el 35%. Por eso, una desaceleración económica prolongada causada por la pandemia podría conducir a un repunte en los casos, dijo Saito, quien también se desempeñó como presidente de la Asociación Japonesa para la Prevención del Suicidio.
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