De los balcones y ventanas de numerosas ciudades de Italia ondearon hoy sábanas y telas blancas en recuerdo del juez Giovanni Falcone y su batalla contra la mafia hasta su asesinato en un atentado el 23 de mayo de 1992. La Fundación Falcone, con artistas y personalidades del país, ha lanzado esta iniciativa para conmemorar la efeméride ante la imposibilidad de celebrar manifestaciones por la pandemia.
Las sábanas blancas aparecieron en numerosos edificios privados e institucionales, como los ventanales del Tribunal Supremo, del Consejo de Estado y de la Fiscalía General en Roma. Todo para recordar la memoria de un símbolo para el país, el juez Falcone, que murió en un ataque perpetrado en la autopista de Capaci, cerca del aeropuerto de la capital siciliana, Palermo, junto a su esposa y tres miembros de su escolta.
Además se depositó una corona de flores en el monolito que marca el lugar del asesinato, en una ceremonia que contó con autoridades policiales y civiles, así como la hermana del juez, María Falcone. Todos, ataviados con mascarillas contra el coronavirus.
Falcone y el magistrado Paolo Borsellino, asesinado dos meses después, pusieron en marcha en 1986 el primer proceso judicial contra la mafia siciliana, la Cosa Nostra, con hasta 486 personas imputadas. Eso los puso en el punto de mira.
Representantes políticos como la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, o el fiscal nacional Antimafia, Federico Cafiero De Raho, encomiaron a Falcone y Borsellino como modelos y faros en la lucha a la mafia en la actualidad. También habló el presidente de la República, Sergio Mattarella, que en 1980 vivió el asesinato de su propio hermano, Piersanti Mattarella, presidente siciliano, a manos de la mafia.
“Los mafiosos, cuando planearon el asesinato de los dos jueces, no previeron un aspecto decisivo: lo que provocó en la sociedad. No contaban con que las enseñanzas de Falcone y Borsellino, su ejemplo y sus valores, sobrevivirían, reforzándose”, dijo Mattarella en un mensaje a los jóvenes del proyecto “La nave de la legalidad”.
Y añadió: “La mafia siempre se ha nutrido de complicidad y miedo, prosperando en la sombra. Las figuras de Falcone y Borsellino, como otros tantos servidores del Estado caídos, han acrecentado en la sociedad el sentimiento del deber y el compromiso de la lucha contra la mafia para hacer luz entre las sombras”. Mattarella, que sacó del coche el cuerpo inerte de su hermano asesinado, insistió así en la necesidad de seguir combatiendo a las mafias en el futuro, una tarea que “heredarán” las jóvenes generaciones.
Totó Riina, uno de los más temidos capos en la historia de la Cosa Nostra, fue quien ordenó el asesinato en 1992 de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Riina se vanagloriaba de la muerte de Falcone. “Lo hice terminar como el atún”, dijo.
Pero el ataque generaría una reacción tan fuerte que él mismo terminaría cayendo como resultado. Tras siete meses de persecución, Riina fue arrestado el 15 de enero de 1993. Acusado de más de 150 asesinatos y condenado a 26 cadenas perpetuas, se encontraba detenido en el duro régimen carcelario conocido como “41 bis”, que prevé el aislamiento de los presos y prohíbe las visitas. Murió en la cárcel el 17 de noviembre de 2017, a los 87 años.
Con información de EFE
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