El pontífice polaco Karol Wojtyla, Juan Pablo II, nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, Cracovia. Para conmemorar su centenario, la Librería y Editorial Vaticana (LEV) publica una selección de textos y fotografías con el título: 100 años. Palabras e imágenes.
En el prefacio, titulado “Agradecidos a la memoria de un testigo santo”, Francisco se dirige especialmente a los jóvenes que no conocieron a Juan Pablo II o sólo tienen algunos recuerdos difusos de este papa, canonizado en 2014, y lo describe con el estilo sencillo y sobrio, pero certero y profundo, a la vez que caracteriza al pontífice argentino.
Francisco destaca la “gran pasión por lo humano” de este “testigo del Evangelio, que tanto sufrió en su juventud al perder a toda su familia”. Karol Wojtyla, dice Jorge Bergoglio, fue “un ejemplo de cómo se puede marchar feliz, pese a las dificultades, por los caminos del mundo, siguiendo las huellas de los gigantes que nos han precedido en la certeza de que no estamos solos, de que nunca estaremos solos”.
El actual pontífice afirma que el sufrimiento temprano forjó al futuro Juan Pablo II y fortaleció aún más “la fe cristiana en la cual fue criado por su familia”. “Fue un extraordinario educador -sigue diciendo Francisco- para numerosos jóvenes que, a través de él, novel sacerdote, fueron introducidos en el camino de una fe concreta, testimoniada, vivida en cada instante de la vida”.
El libro con el que El Vaticano recuerda a Juan Pablo II, hoy santo, reconstruye el pontificado de Wojtyla a través de una colección de escritos -homilías, discursos y frases célebres- del pontífice polaco, que van del día de su elección, el 16 de octubre de 1978, al de su muerte, el 2 de abril de 2005, hace 15 años. La obra se publica simultáneamente en inglés y en polaco. La selección de los textos fue hecha por Giuseppe Merola, y la de las imágenes, por Miroslawa Lesner. El libro tiene 128 páginas y se venderá al accesible precio de 7 euros. El deseo de Francisco es que llegue a la mayor cantidad de personas posible, especialmente jóvenes.
Bergoglio expresa también su deseo de poder hacerse “eco del llamado de Juan Pablo II a abrir de par en par las puertas a Cristo, a no tener miedo”.
El papa Francisco describe a Karol Wojtyla como “un gran testigo de la fe, un gran hombre de oración, un guía seguro para la Iglesia en tiempos de grandes cambios”.
También evoca sus Encíclicas: como Jesús Redentor del hombre, las referidas a la misericordia de Dios, al Espíritu Santo, a María y sus encíclicas sociales.
“Quedan impresas en la memoria de quienes hemos vivido los años de su largo y fecundo pontificado -recuerda Francisco- su gran pasión por lo humano, su apertura, su búsqueda del diálogo con todos, su determinación a hacer todo lo posible por detener las guerras, su propensión a ir al encuentro de todos y a abrazar a todos los que sufren”. Y recuerda que con él como primer obispo de Roma originario de Europa central, “la Iglesia de los mártires detrás de la cortina de hierro encontró una voz”.
El papa Francisco se detiene especialmente en la dura infancia de Wojtyla, en “lo mucho que este Papa sufrió en la vida”, sufrimientos personales “ligados a los de su pueblo y su Nación, Polonia”.
“Huérfano de madre, vive el drama de la muerte de su hermano bienamado, y luego de su padre. Cuando ingresó al Seminario clandestino de Cracovia, había perdido a todos sus parientes cercanos. Vivió su entrega total a Dios y a su Iglesia en un momento en el que muchos de sus amigos habían muerto durante la guerra”. Y Francisco recuerda que en una autobiografía, Wojtyla dice que pasó muchos años preguntándole a Dios por qué lo había dejado vivir.
A quince años de su muerte, a cien años de su nacimiento, es lindo recordarlo, dice Francisco, para todos aquellos jóvenes que no lo conocieron y que sólo tienen retazos de recuerdos. El libro les está destinado, dice el Papa.
En vísperas del Centenario de Wojtyla, al concluir la oración del Regina Coeli, Francisco dijo: “Desde los cielos, (Juan Pablo II) sigue intercediendo por el pueblo de Dios y por la paz en el mundo”. Este lunes el Papa oficiará una misa en memoria del pontífice polaco frente a su tumba que se encuentra en la Santa Sede.
“Muchas veces, en el transcurso de mi vida de sacerdote y de obispo, lo he mirado a él, pidiendo en mis oraciones el don de ser fiel al Evangelio como él nos lo mostraba”, dijo Francisco, a modo de testimonio personal de la huella que Juan Pablo II dejó en su vida.
Juan Pablo II fue proclamado santo en 2014, en tiempo récord para la tradición, ya que sólo habían transcurrido 9 años de su muerte, ocurrida el 2 de abril de 2005.
[Para saber más sobre su vida y pontificado, ver “A 15 años de la muerte de Juan Pablo II, el papa que le legó al milenio una Iglesia protagonista de la Historia”]
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