¿Verdugo, colaborador o víctima?: fuertes críticas ante un polémico museo sobre el Holocausto

El Centro Conmemorativo de Babi Yar, en las afueras de la capital de Ucrania, prepara una exhibición en la que los asistentes son sometidos a un test psicológico y un análisis de sus redes sociales para determinar qué acciones habrían tomado durante el genocidio más terrible en la historia de la humanidad. Fuertes críticas ante una iniciativa que “convierte a la muerte en un videojuego”

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Un imagen del proyecto de
Un imagen del proyecto de construcción del Centro Conmemorativo del Holocausto de Babi Yar

¿Qué rol nos habría tocado si hubiéramos tenido que atravesar el Holocausto? El ejercicio de historia contrafáctica podría desvelar a algunos y ofender a muchos. Sería, de cualquier manera, poco más que un juego intelectual desde la comodidad que ofrece la lejanía en el tiempo.

Pero el Centro Conmemorativo del Holocausto de Babi Yar, en Kiev, Ucrania, ha tomado esta pregunta y llevado sus implicaciones al extremo. Con la ayuda de algoritmos, computadoras y un test psicológico, pretende informar a sus visitantes el rol preciso que les hubiera tocado: víctima, colaborador o verdugo, durante el genocidio más terrible en la historia de la humanidad.

Más allá de que esto sea posible, o deseable, las fuertes críticas no se han hecho esperar, de acuerdo a un reporte de los periodistas Andrew E. Kramer y Maria Varenikovael, del The New York Times, a pesar de que la iniciativa estaría lista recién en 2025, dos años después de la apertura de la sede del Centro Conmemorativo.

La idea pertenece al cineasta ruso Ilya A. Khrzhanovsky y está pensada como una experiencia inmersiva para reemplazar a las visitas a las monótonas visitas a los museos en los que existe un sólo recorrido.

Para definir el rol del visitante ocasional, el Centro Conmemorativo de Babi Yar, creado en 2016 para el estudio del Holocausto, solicitará tres cosas: llenar un cuestionario, someterse a un test psicológico y permitir el análisis de la información en las redes sociales personales.

El cineasta ruso Ilya A.
El cineasta ruso Ilya A. Khrzhanovsky, creador de la polémica exhibición (Denis Makarenko/Shutterstock)

Entonces, un algoritmo procesará toda esa información hasta dar con una de las muchas categorías, entre estas verdugo y víctima, preestablecidas. Luego, la visita al museo será adaptada de acuerdo al perfil del visitante, con múltiples “caminos” a seguir en medio de una “experiencia interactiva y de rol”, de acuerdo al panfleto de la muestra.

Durante la visita habrá también lentes de realidad virtual e incluso se anticipa el uso del deep fake (o falsificación profunda), por la cual el rostro de un visitante podría ser filmado y proyectado sobre un personaje en la recreación de las masacres.

Según los creadores del proyecto, la potente tecnología utilizada para estos deep fake proviene de la industria pornográfica, que la usa para crear falsos videos eróticos que incluyen a celebridades.

El Centro conmemorativo del Holocausto de Babi Yar abrirá sus puertas en 2023 en un barranco del mismo nombre ubicado en las afueras de Kiev, en el cual las tropas alemanas cometieron incontables masacres luego de su invasión de la Unión Soviética en 1941.

Allí fueron asesinados entre 100.000 y 150.000 judíos, gitanos, comunistas y prisioneros de guerra, entre otros grupos. A diferencia de lo ocurrido en los campos de concentración montados en Polonia y Alemania, en Babi Yar esta matanza fue más espontánea: casi todas las víctimas fueron fusiladas en el barranco por tropas de las Schutzstaffel (SS), la Wehrmacht y colaboradores ucranianos.

El Centro Conmemorativo de Babi
El Centro Conmemorativo de Babi Yar fue creado en 2016 y se espera que su sede esté lista en 2023

Soldado de las SS o gitano podría ser algunos de los perfiles otorgados a los visitantes, que al final recibirán también un reporte detallado sobre el rol que la computadora les asignó de acuerdo a sus perfiles.

“Se trata de un viaje emocional desafiante y por momentos impactante con las decisiones éticas que tomamos en el centro”, explica el panfleto para la iniciativa de Khrzhanovsky, que costará unos 100 millones de dólares, de acuerdo al New York Times.

Las críticas no se hicieron esperar. “¿Cómo pueden ser considerados apropiados estos planes para tratar el Holocausto en un sitio en el que fueron masacradas tantas personas?”, consideró Karel Berkhoff, historiador en el Instituto de Guerra, Holocausto y Genocidio en Amsterdam, Holanda.

Berkhoff trabajó como historiador principal en el proyecto de creación del Centro Conmemorativo de Babi Yar, pero renunció tras conocer los planes de Khrzhanovsky. “¿Dónde están la sensibilidad y la moderación?”, se preguntó.

Su salida del proyecto provocó una avalancha de renuncias dentro del Centro, y docenas de escritores, historiadores, artistas y otras figuras culturales ucranianas firmaron una carta abierta el 29 de abril, rechazando estas “formas de intervención inmersivas para una reconstrucción en realidad virtual del Holocausto, convirtiendo a la muerte en una videojuego”.

La polémica exhibición será una
La polémica exhibición será una de las primeras en el edificio del Centro Conmemorativo de Babi Yar

La historia detrás de la renovación del Museo de Babi Yar es, también, polémica.

Ucrania se encuentra enfrentada a Rusia desde 2014, cuando las tropas ucranianas entraron en guerra con separatistas en el este que reciben apoyo y armas de Moscú.

Ese mismo año, Rusia invadió y anexó la península ucraniana de Crimea, y desde entonces ha estado acusando a las autoridades de Ucrania de simpatizar con el fascismo.

Sin embargo, la mayor parte de los fondos destinado a la creación del Centro Conmemorativo de Babi Yar provienen de donantes rusos, y la iniciativa de la experiencia de rol fue diseñada por un cineasta ruso. Es decir que la política de la memoria del Holocausto en Ucrania está en gran medida dictada desde Moscú.

El escándalo provocado llevó al presidente del directorio del Centro, Natan Sharansky, a aclarar que el proyecto de Khrzhanovsky aún no ha sido aprobado ni rechazado, aunque el cineasta continúa siendo el director artístico de la iniciativa.

Khrzhanovsky, por su parte, defendió su plan aunque admitió que está en fase de concepto y abierto a discusión.

En la matanza de Babi
En la matanza de Babi Yar murieron entre 100.000 y 150.000 personas a manos de los nazis

“No había un sólo Hitler malvado o un sólo Stalin malvado que trajeron estas matanzas en masa a Europa. Fueron realizadas por personas que empezaron a participar de diferentes maneras”, explicó.

Así, el objetivo del proyecto, en sus palabras, es mostrar que “cualquier persona puede estar en cualquier posición, de acuerdo a las decisiones que toma”.

“Se trata de responsabilidad personal, pero también del destino”, agregó, señalando luego que sería imposible no hacer a la experiencia “aterradora” porque “es una historia aterradora”.

Al final de la exhibición interactiva en el museo, detalla el panfleto, también habrá lugar para “jugar” en columpios y hamacas, dentro de una “plaza de juegos para adultos” que simbolizará a la esperanza.

Lejos de tener el efecto esperado, cualquiera que sea, este último detalla también provocó una fuerte polémica.

Para Dieter Bogner, un curador que renunció al proyecto junto a Berkhoff, la “exhibición principal planteada se acerca peligrosamente a crear un Disney del Holocausto”.

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