Más de 200 personas fueron detenidas el domingo por la noche durante una protesta contra el gobierno, según la policía. Las autoridades intentaban impedir una reactivación de las manifestaciones masivas del año pasado, lo que incluía aplicar normas contra las reuniones de personas introducidas para contener el brote del coronavirus.
Unas 230 personas entre los 12 y los 65 años fueron detenidas por una serie de cargos, como asamblea ilegal, “posesión de cualquier cosa con intención de dañar o destruir propiedad” y no identificarse debidamente, según el comunicado policial.
Otras 19 personas fueron multadas por incumplir la Regulación de Prevención y Control de Enfermedad, que prohíbe las reuniones de más de ocho personas en cualquier espacio público, según el comunicado. En un momento dado, los agentes utilizaron aerosol de pimienta para dispersar a personas que habían rodeado a varios policías.
“La policía reprende a los manifestantes por ignorar las medidas de prevención y control de enfermedades del gobierno y por participar u organizar reuniones grupales prohibidas”, señaló el comunicado.
Los manifestantes corearon lemas y levantaron barricadas para cortar calles en el distrito de Mongkok, además de encender hogueras en algunas calles, según la policía.
El movimiento prodemocracia que paralizó Hong Kong durante meses el año pasado ha dado indicios de reavivar en las últimas semanas al remitir la amenaza del coronavirus.
El gobierno elevó hace poco de cuatro a ocho el número de personas que podían reunirse en la calle.
El periódico Apple Daily informó de más de 200 detenidos, mientras que el South China Morning Post puso el total en más de 250. Ambos citaron fuentes no identificadas. La policía estaba contabilizando las detenciones y se esperaba que publicara las cifras más tarde el lunes.
Los incidentes del domingo siguieron a varias protestas en centros comerciales durante la jornada. Los manifestantes pedían democracia plena en la ciudad semiautónoma china y una investigación sobre la supuesta brutalidad policial en la respuesta a las manifestaciones.
Las protestas comenzaron en reacción a una propuesta ya abandonada para reformar la ley de extradiciones, que habría permitido enviar a China a los sospechosos de delitos para juzgarlos allí. El sistema judicial chino es menos transparente que el hongkonés y no garantiza los mismos derechos a los acusados.
Cientos de miles de personas marcharon por Hong Kong el año pasado en varias manifestaciones, que a menudo terminaron en enconadas batallas en las que manifestantes más beligerantes lanzaban bombas incendiarias, mientras la policía empleaba gas lacrimógeno y balas de goma.
Hong Kong, una ex colonia británica, fue entregada a las autoridades chinas en 1997 con un compromiso de que conservaría sus instituciones legales, económicas y sociales durante 50 años. Los críticos en el bando prodemocracia dicen que Beijing ha estado erosionando esas libertades restringiendo los derechos de asamblea y expresión, lo que incluye una propuesta de ley para penalizar las faltas de respeto al himno nacional chino.
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