Un destacado experto italiano aseguró que el coronavirus es cada vez menos agresivo: “Para cuando esté la vacuna, ya habrá desaparecido”

Giuseppe Remuzzi también planteó un camino alternativo para volver a la normalidad antes que se logre una vacuna: usar el plasma de los curados para crear los anticuerpos con los cuales curar a los enfermos. La teoría de un debilitamiento del Sars-Cov-2 divide a los especialistas

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Giuseppe Remuzzi: "Para cuando esté la vacuna, el coronavirus ya habrá desaparecido"

El coronavirus es menos agresivo en comparación con el comienzo de la pandemia y desaparecerá antes que se logre una vacuna, aseguró este viernes Giuseppe Remuzzi, director del Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán y uno de los mayores expertos italianos sobre el tema.

“Los pacientes de hoy son completamente diferentes de los de hace tres o cuatro semanas”, explicó Ramuzzi durante el programa Piazza Pulita. “Las hospitalizaciones y los ingresos en cuidados intensivos continúan disminuyendo. Antes a la sala de emergencias llegaban 80 personas, todas con dificultades respiratorias graves. Hoy llegan diez y ocho puedes ser enviadas a casa”, aseguró.

Ramuzzi, director del Instituto Mario Negri de Investigación Farmacológica de Milán, es reconocido por su seriedad y confiabilidad y por no exponerse antes de que las intuiciones de su equipo sean corroboradas por las evidencias experimentales. Por eso sus palabras tuvieron especial eco.

“La situación ha cambiado en todas partes, no solo en Bérgamo y Milán, sino también en Roma y Nápoles”, dijo el especialista. "¿Por qué? No sé si ha cambiado el virus o si ha cambiado la carga viral de cada paciente, lo único que puedo decir es que parece que estamos enfrentando una enfermedad muy diferente a la que puso en crisis nuestras estructuras sanitarias al comienzo de la pandemia”.

Es decir, aunque no es posible saber si el virus se ha debilitado, es un hecho que las personas que se infectan hoy se encuentran mucho mejor en comparación con las que se contagiaron hace dos meses.

Un trabajador médico analiza hisopos en un laboratorio del hospital San Filippo Neri, para detectar la enfermedad por coronavirus (COVID-19), en Roma, Italia, el 7 de mayo de 2020 (Reuters/ Yara Nardi)
Un trabajador médico analiza hisopos en un laboratorio del hospital San Filippo Neri, para detectar la enfermedad por coronavirus (COVID-19), en Roma, Italia, el 7 de mayo de 2020 (Reuters/ Yara Nardi)

Remuzzi agregó que “si las cosas siguen como ahora” para cuando esté la vacuna, el coronavirus ya habrá desaparecido.

“Aunque (la vacuna) va a servir para la próximas vez, para otro virus”, dijo. “Yo veo a estos enfermos que no son los mismos de antes. No es algo menor. Es algo grande, algo impresionante. Ahora estamos haciendo unos estudios. Es algo maravilloso para los enfermos. Estamos haciendo estudios y ya no conseguimos enfermos para hacer los estudios”, dijo el médico, que trabaja en una de las zonas de Italia más golpeadas por la pandemia.

Una posible solución: el plasma de los curados

Remuzzi también planteó un camino alternativo para volver a la normalidad antes que se logre una vacuna. Para el especialista italiano, la solución sería usar el plasma de los curados para crear los anticuerpos con los cuales curar a los enfermos.

“Es una solución muy antigua, ya se hizo con la polio y la gripe española”, dijo. “Ya hubo resultados y yo soy muy optimista de que el plasma funcione. Nosotros usamos un sistema innovador que extrae del plasma los anticuerpos que luego son inyectados en los enfermos. Pero es mejor no hablar de los resultados hasta cuando el estudio no haya finalizado”, afirmó.

“Antes concluyamos la experimentación y sólo entonces -cuando, como yo creo, los test nos dirán que el plasma funciona- vamos a poder hacerlo accesible a todos”, agregó.

Este sería un avance importante aunque no concluyente porque también dependería del plasma disponible de los recuperados y nadie podría verse obligado a donar su sangre.

Foto de archivo: Un trabajador médico toma una muestra de sangre de un hombre para analizar la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en un gimnasio convertido en Cisliano, cerca de Milán, Italia, el 21 de abril de 2020 (Reuters/ Flavio Lo Scalzo /archivo)
Foto de archivo: Un trabajador médico toma una muestra de sangre de un hombre para analizar la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en un gimnasio convertido en Cisliano, cerca de Milán, Italia, el 21 de abril de 2020 (Reuters/ Flavio Lo Scalzo /archivo)

“Nuestra experimentación sería un paso adelante para construir los anticuerpos en el laboratorio”, dijo Remuzzi. “Ya hay varias compañías que están trabajando en ello y están en una fase muy avanzada. Llegarán pronto, en mi opinión antes de la vacuna, y en ese caso realmente estaríamos frente a una solución porque ya no será necesario tener un donante”.

División entre los especialistas

Remuzzi no es el único especialista que en los últimos días habló de un supuesto debilitamiento del SARS-Cov-2.

No obstante, lo cierto es que entre virólogos y expertos no hay uniformidad de puntos de vista sobre si el COVID-19 realmente se está volviendo menos agresivo o la caída de infecciones (y muertes) solo se debe al bloqueo.

Matteo Bassetti, director de la unidad operativa de la clínica de enfermedades infecciosas del Policlínico San Martino en Génova, fue uno de los primeros en argumentar, aunque con gran precaución, que el virus estaba en retirada. “La sensación es que perdió fuerza y esa agresividad que tuvo a mediados del mes de marzo”, dijo en una entrevista publicada el 24 de abril con el periódico La Verità.

Matteo Bassetti, director de la unidad operativa de la clínica de enfermedades infecciosas del Policlínico San Martino en Génova
Matteo Bassetti, director de la unidad operativa de la clínica de enfermedades infecciosas del Policlínico San Martino en Génova

“Un virus puede volverse más o menos agresivo de forma natural", subrayó el especialista en enfermedades infecciosas. "Ha sucedido históricamente con muchas otras epidemias del pasado, desde la gripe hasta la de otros virus, no hay nada nuevo. Esperamos que también está sucediendo con el coronavirus y que tal vez en 2 o 3 años será un virus menos agresivo similar al de la gripe o un síndrome más leve”, manifestó. Sin embargo, Bassetti no ha descartado la posibilidad de que COVID-19 parezca menos agresivo solo porque “ya ha afectado a los sujetos más frágiles”.

Según los expertos, el SARS-COV-2 está llevando a cabo varias mutaciones para sobrevivir y continuar circulando. Sin embargo, todavía no hay evidencia científica convincente a este respecto, como lo explicó Massimo Clementi, director del Laboratorio de Microbiología y Virología del Hospital San Raffaele de Milán.

“En Italia, se estableció una red entre laboratorios de virología de varios hospitales: el objetivo es monitorear las secuencias del virus juntas en varios sujetos de muestra. El estudio final nos dirá cómo se movió. Esperamos que este coronavirus se vuelva gradualmente inofensivo, como le sucedió a sus ‘primos’, responsables del simple resfriado”.

Francesco Le Foche, jefe de enfermedades inmunoinfecciosas en el hospital de día del Policlínico Umberto I en Roma, también cree que es posible que COVID haya perdido su agresividad inicial. “Hoy vemos síndromes clínicamente menos importantes. Esto podría ser dado por una reducción en la virulencia del virus. Reservamos cuidados intensivos para casos muy raros”, dijo a Rai Radio.

Otros virólogos son más pesimistas sobre un supuesto cambio en COVID-19.

El profesor Massimo Galli, director del departamento de enfermedades infecciosas del hospital Sacco de Milán, expresó fuertes dudas de que el coronavirus ahora sea menos letal.

“La situación ha cambiado porque los ancianos y los sobrevivientes más frágiles después de la primera ola se encerraron en la casa en condiciones de máxima seguridad. Pero decir que el virus se ha calmado me parece estar fuera de toda lógica”, afirmó.

Massimo Galli habla durante una entrevista el 3 de marzo de 2020 en Milán Miguel Medina (AFP/ archivos)
Massimo Galli habla durante una entrevista el 3 de marzo de 2020 en Milán Miguel Medina (AFP/ archivos)

"No existe evidencia científica que dice que el virus ahora es menos malo que antes. No hemos visto cambios que sugieran una menor virulencia del virus”, dijo a Askanews.

También Alessandro Vespignani, epidemiólogo de la Universidad de Boston, dijo: “Si hubiera evidencia científica de esto, todos estaremos contentos, pero sinceramente, de todos mis contactos con otros expertos del no hay tal evidencia internacional".

Según Vespignani, por lo tanto, estas son “opiniones personales” no respaldadas por hechos.

El virólogo Guido Silvestri, profesor de la Universidad Emory de Atlanta, defendió por su parte que se hable de la cuestión. "Discutir esta última posibilidad a la luz de la experiencia clínica y el conocimiento teórico no significa hacer ‘pseudociencia”, escribió en una columna en las redes sociales.

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