Con un barbijo, guantes desechables y botines para protegerse contra COVID-19, Silvia Romano regresó a su tierra natal el domingo después de 18 meses como rehén en el este de África.
Silvia Romano se bajó la máscara brevemente para mostrar una amplia sonrisa después de bajar de un avión del gobierno italiano en el aeropuerto internacional de Roma-Ciampino.
Luego abrazó a su madre y a otros miembros de la familia y le tocó los codos en lugar de estrecharle la mano al canciller italiano Luigi Di Maio.
“Me encuentro bien, tanto física como mentalmente”, dijo. “Ahora sólo quiero pasar tiempo con mi familia. Estoy muy contenta de haber regresado”.
Los medios italianos también han informado que Romano se convirtió al Islam mientras estaba en cautiverio. Ni su familia ni los funcionarios italianos han comentado sobre la afirmación. Cuando se bajó del avión, Romano llevaba un velo sobre su cabello y un atuendo africano.
Amigos y conocidos en el barrio de Milán, donde vive la familia de Romano, aplaudieron desde ventanas, balcones y en las calles cuando el avión que llevaba a casa a Romano aterrizó en Roma.
Romano, de 24 años, trabajaba como voluntaria en un grupo humanitario italiano cuando fue secuestrada en noviembre de 2018 durante un ataque de un grupo armado en Kenia. El primer ministro italiano Giuseppe Conte ha agradecido a los agentes de inteligencia italianos que trabajaron para su liberación, que tuvo lugar el viernes en Somalía.
Según fuentes de inteligencia citadas por medios italianos, la liberación se produjo tras el pago de un rescate de entre 2 y 4 millones de euros.
Romano fue llevada a la embajada italiana en Mogadiscio después de ser liberada. Los fiscales con sede en Roma investigan los crímenes cometidos en el extranjero contra ciudadanos italianos, y se espera que la interroguen sobre el secuestro.
Los secuestradores finalmente la entregaron a manos de militantes vinculados a los extremistas islámicos somalíes de al-Shabab, un grupo afiliado a Al Qaeda. Al-Shabab ha sido acusado de una serie de secuestros de extranjeros a lo largo de la costa de Kenia.
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