“Estoy espléndido, no me sometí a ningún testeo”, afirmó anoche el argentino Alberto Fernández. Minutos antes había estornudado, por lo que los periodistas presentes en la conferencia de prensa donde se anunció la extensión de la cuarentena preguntaron por su salud e indagaron sobre si se había hecho la prueba.
La negativa tajante del argentino abrió el debate sobre si los mandatarios mundiales deben o no someterse al test de coronavirus. Los presidentes deciden si los países mantienen las cuarentenas o si reabren. Diseñan los protocolos de salud que sus poblaciones siguen al pie de la letra y negocian con el resto de los países para que los insumos médicos -fundamentales para salir airosos de la pandemia- lleguen a sus países en tiempo y forma. Ellos son los que aprueban la estrategia sanitaria y en especial el ritmo de testeo de sus poblaciones. Llevar adelante semejante tarea los ubica en el centro de eventos públicos, reuniones clave, inauguraciones de obras, conferencias de prensa… En definitiva están en con contacto con decenas -o cientos- de personas de manera ocasional, lo que los pone en riesgo de contagio. Aún así, no hay una postura uniforme a nivel mundial sobre si deben testearse.
El norteamericano Donald Trump lo hace frecuentemente. Reticente en un principio, tuvo que someterse a la prueba por primera vez en marzo después de entrar en contacto con un funcionario brasileño que luego dio positivo. El caso se registró durante una visita de Estado del brasileño Jair Bolsonaro en la que ambos mandatarios compartieron un cena en la residencia de Mar a Lago, en Florida.
Ese mismo contagio puso en alerta al gabinete del brasileño y también lo obligó a hacerse la prueba. Mientras que el médico de la Casa Blanca, el Comandante Sean Conley, pública religiosamente comunicados cada vez que el republicano se hace el test, Bolsonaro -conocido por menospreciar el virus- dijo y repitió varias veces que sólo mostrará los resultados si la Justicia de su país lo obliga. Esa presión casi se concreta: jueces en primera y segunda instancia fallaron en su contra pero finalmente el Superior Tribunal de Justicia decidió ayer que no debe mostrarlos.
Los test en la Casa Blanca no son solo un tema de Trump, varios funcionarios se someten con regularidad a ellos ya que en las últimas horas se conocieron casos positivos de COVID-19 en funcionarios muy cercanos al Salón Oval: la secretaria de prensa del vicepresidente Mike Pence y una asistente de Ivanka Trump, la hija del mandatario.
Días atrás, en plena conferencia de prensa del grupo de élite para combatir el coronavirus en EEUU, los periodistas interpelaron a Anthony Fauci, el epidemiólogo estrella norteamericana, porque no llevaba mascarillas. El experto reveló que esa misma mañana le habían dado los resultados de su última prueba y era negativa por lo que no necesitaba proteger a los demás. El tapabocas es para eso, para evitar contagiar, no para no ser contagiado. Esta respuesta de Fauci reveló que todo el grupo de asesores de la Casa Blanca se someten con regularidad a la prueba.
El premier canadiense también fue uno de los primeros líderes mundiales en hacerse la prueba luego de que su mujer Sophie Gregoire diera positivo. El gobernante dio negativo pero aún así se mantuvo aislado durante 14 días en los que repitió la prueba para descartar su contagio.
Otro de los mandatarios que también se hizo la prueba fue el español Pedro Sánchez, con varios de sus ministros infectados y con su propia mujer, la primera dama Begoña Gómez, contagiada, no tuvo opción y se hizo varias veces el test para seguir en funciones.
Los reyes españoles Felipe y Letizia también se hicieron la prueba y dieron negativo a principios de marzo, después de que se conociera que la ministra de Igualdad, Irene Montero, había dado positivo. La Reina había pasado varias horas con la funcionaria en una reunión de trabajo con la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida y por eso decidió testearse.
La alemana Ángela Merkel también se hizo la prueba. El 20 de marzo se auto aisló luego de enterarse que el médico que le había administrado una vacuna estaba infectado por el nuevo coronavirus. En cuarentena, se hizo la prueba y dio negativo. Después del episodio, volvió repetir el test varias veces y siempre hizo público los resultados.
El italiano Giuseppe Conte, que lidera el tercer país del mundo más golpeado por el coronavirus con más de 30.000 muertos, fue uno de los primeros en testearse. El 9 de marzo anunció que había dado negativa la prueba pero no explicó qué había motivado su decisión. El premier continuó sometiéndose regularmente a pruebas, en especial a principios de abril, cuando se conoció que uno de sus escoltas, el comisario adjunto Giorgio Guastamacchia, de 52 años, falleció por le virus.
A principios de marzo un virulento resfriado hizo que el Papa Francisco cancelara su agenda. Las imágenes del pontífice tosiendo y visiblemente agotado encendieron las alarmas en el Vaticano. Por esta razón y para evitar las especulaciones, se sometió al test. Francisco dio negativo y volvió a tener el mismo resultado en las contrapruebas posteriores.
El británico Boris Johnson se hizo la prueba cuando ya tenía los síntomas de la enfermedad. “Los médicos se habían preparado para anunciar mi muerte”, reveló días atrás cuando contó detalles de su calvario. El coronavirus lo llevó a la Unidad de Cuidados intensivos y durante varios días la incertidumbre sobre su salud causó zozobra en el mundo. Ahora, recuperado, volvió a sus tareas en el número 10 de Downing Street.
En la región, el colombiano Iván Duque fue el primero latinoamericano en hacer público los resultados de su prueba. “Me permito informarle a todos los colombianos, que luego de realizarme la prueba de #Covid_19, el resultado que arrojó la muestra es negativo”, escribió en su cuenta de Twitter el 21 de marzo. Duque se sometió a la prueba tras haber tenido contacto con el alcalde de Popayán, Juan Carlos López, que resultó infectado.
El chileno Sebastián Piñera se somete regularmente a la prueba desde marzo. Lo hace él y también los ministros del comité político Gonzalo Blumel (Interior), Felipe Ward (Segpres), Karla Rubilar (Segegob) y Sebastián Sichel (Desarrollo Social). La medida, afirman en el Ejecutivo, es impulsada por Presidencia como una iniciativa de resguardo para enfrentar la crisis y la salud del mandatario.
La presidenta boliviana Jeanine Áñez y todo el gabinete ministerial se sometió al test de coronavirus, después que dos ministros, el de Defensa, Fernando López, y el de Medio Ambiente, María Elva Pinckert, se aislaran por sospecha de COVID-19, ya que en sus entornos familiares se registraron casos positivos de la enfermedad. Hasta ahora no se conocieron los resultados.
El israelí Benjamin Netanyahu, su personal con relación directa y su familia dieron negativo por coronavirus tras hacerse la prueba a fines de marzo. Decidieron testearse luego de que se confirmara que su asesora para asuntos parlamentarios, Rivka Paluch, diera positivo.
Según detalló el Kremlin, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se somete con regularidad a las pruebas del coronavirus. A fines de marzo esas pruebas se intensificaron ya que se Denís Protsenko, director médico del hospital de Kommunarka, que ofició de anfitrión durante la visita del mandatario de esas instalaciones, dio positivo.
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