El Gobierno noruego presentó un plan para reabrir de forma progresiva la mayor parte de la vida pública en tres fases hasta mediados de junio, aunque manteniendo algunas restricciones por la pandemia del COVID-19. Noruega, uno de los primeros países que cerró fronteras e instituciones a mediados de marzo, ya había abierto guarderías, escuelas (hasta los 10 años) y algunos pequeños comercios a finales del mes pasado.
“Gracias a nuestro esfuerzo común hemos logrado mantener el contagio bajo control, por eso podemos levantar las medidas más duras de forma gradual. El objetivo es que la mayoría de actividades y empresas que han estado cerradas puedan abrir antes del verano”, dijo la primera ministra, la conservadora Erna Solberg.
“Nos han mostrado paciencia, ahora es nuestro turno de devolver. Por eso estamos presentando un plan para recuperar la vida cotidiana”, dijo la premier al país el jueves por la noche.
La apertura está condicionada a que la epidemia siga "bajo control" y que se mantengan algunas reglas fundamentales como quedarse en casa en caso de presentar síntomas, lavarse las manos y mantener un metro de distancia con otras personas.
A partir de ahora estarán permitidas las concentraciones de hasta 20 personas (antes eran cinco), incluida la actividad deportiva organizada (con algunas restricciones), y, desde el lunes las escuelas y otros centros de enseñanzas medias se abrirán a todos los cursos, pero no las universidades.
La segunda fase, desde el 1 de junio, incluye la apertura de las terrazas de restaurantes y cafés que no vendan comida, así como los parques de atracciones.
Desde el 15 de junio se permitirán eventos de hasta 200 personas, se abrirán los gimnasios y piscinas y se permitirá el deporte de élite, lo que abre las puertas al inicio de la liga de fútbol.
“El gobierno ha elegido dar prioridad a los niños, luego a la vida laboral y finalmente a otras actividades”, dijo Solberg, quien agregó que casi todo debería estar abierto de nuevo para el 15 de junio. Es así que el país se acercará pronto al enfoque adoptado por Suecia, que no ha tenido un cierre oficial y ha sufrido diez veces más muertes.
El banco central de Noruega redujo el jueves las tasas de interés a un mínimo histórico de cero en un intento de aliviar los golpes del bloqueo y el colapso de los precios del petróleo.
FRONTERAS CERRADAS Y SIN VIAJES AL EXTERIOR
Noruega mantendrá no obstante de momento las fronteras cerradas a extranjeros sin permiso de residencia y sigue desaconsejando los viajes no imprescindibles fuera del país.
Solberg explicó que las medidas relacionadas con aperturas de fronteras y viajes al exterior deben consensuarse con "otros países" y no se atrevió a fijar un plazo.
Noruega, que tiene algo más de cinco millones de habitantes, ha registrado hasta el momento 7.996 casos de COVID-19 y 216 muertos.
Con información de EFE
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