Autoridades sanitarias rusas reportaron este jueves que confirmaron 11.200 nuevos casos del nuevo coronavirus, cifra que representa un récord diario para el país. De esta manera, el balance se elevó a más de 177.000 personas contagiadas, lo que implicó que, según el conteo global que hace la universidad Johns Hopkins, supere a Francia y Alemania en esta lúgubre lista. Rusia es ahora el quinto país con mayor cantidad de transmisiones a nivel mundial -detrás de Estados Unidos, España, Italia y el Reino Unido- y cuarto a nivel europeo.
En cuanto a las víctimas mortales, en las últimas 24 horas han muerto 88 pacientes de COVID-19, lo que eleva el total a 1.625 fallecidos. El centro ha indicado que 23.803 personas se han recuperado de la enfermedad generada por el coronavirus, incluidas 2.476 que recibieron el alta médica en las últimas 24 horas.
Los nuevos casos representan un aumento del 6,8 por ciento con respecto a la jornada interior. En Moscú, epicentro del brote en el país, se han detectado 6.703 nuevos casos en un día, lo que sitúa el total de contagiados en la capital en 92.676, el 52,3 por ciento de los contagios en todo el país. Unas 231.000 personas siguen bajo observación médica”, ha explicado el organismo, que indicó a su vez que ya se han realizado a nivel global más de 4,8 millones de test de detección de coronavirus.
Al menos 300 mil contagiados en Moscú
No obstante las cifras oficiales, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, cifró hoy en 300.000 al número real de los infectados con el coronavirus en la capital rusa. “Es evidente que el número real de los enfermos es más alto (que el que figura en la estadística). Las pruebas de preselección dicen que son entre un 2 % y 2,5 % de la población, es decir unas 300.000 personas”, dijo el funcionario en la televisión pública del país. E indicó que, en consecuencia, prolongará hasta el 31 de mayo las medidas de confinamiento para la población.
No obstante, las medidas no alcanzarán a toda la economía. El alcalde emitió este jueves un decreto en el que establece -tal y como ya adelantó el miércoles al presidente ruso, Vladímir Putin, que a partir del día 12 se reanudarán las obras y la actividad industrial, con las más estrictas medidas de seguridad. Ello permitirá a 500.000 personas en Moscú y a cientos de miles de trabajadores de otras regiones regresar al trabajo, recalcó Sobianin, quien dijo que se trata de la primera fase de desescalada en la capital.
Sin embargo, el alcalde dejó en claro que “es demasiado pronto para reabrir los restaurantes, los teatros y las instalaciones deportivas”. “Las restricciones temporales para el funcionamiento de los comercios, la restauración, los servicios, la cultura, la educación, el deporte y otras industrias no productivas, así como el régimen de autoaislamiento será extendido hasta el 31 de mayo”, indicó.
Además, será obligatorio a partir del próximo martes llevar mascarillas y guantes -así como otros equipos protectores si le hiciera falta a cada individuo en particular- en el transporte público, los taxis, los supermercados y tiendas de productos esenciales.
También seguirán en vigor los pases digitales que permiten un movimiento limitado en coche o el transporte público por la ciudad para aquellos que tienen que ir al trabajo, al centro médico, a un supermercado, a la casa de campo o a una estación ferroviaria.
“No hay que perder el optimismo nunca. De nosotros mismos y de nuestra disciplina depende cuándo saldremos de esta situación, pero mi opinión es que la recuperación de una vida plena sin restricciones tardará aún un tiempo”, aseguró el alcalde en otro pasaje de su mensaje. Aseguró, de hecho, que las restricciones podrían prolongarse más allá de la nueva fecha anunciada el jueves.
“Si antes pensábamos que la situación se superará en unas semanas, un mes o, como máximo, en mes y medio, ahora vemos que se requerirá un tiempo más prolongado para vencer la epidemia”, subrayó.
Todo ello, explicó, significa que "durante mucho tiempo vivimos y vamos a vivir en una nueva realidad que no es muy confortable para todos, ni la economía, ni las personas, ni la salud", reconoció.
Con todo, se congratuló de que el número de las hospitalizaciones por COVID-19 no haya aumentado en Moscú en las últimas dos semanas.
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