Científicos israelíes desarrollan un innovador tratamiento que busca que los pacientes gravemente enfermos con coronavirus que dependen de respiradores artificiales puedan sobrevivir con una fórmula de inyección de espuma en los pulmones.
Sin medicamentos probados, los respiradores son una de las opciones de acceso para las unidades de cuidados intensivos y los médicos de cuidados críticos en el trabajo con casos graves de neumonía. En la actualidad los sanitarios que se enfrentan a los casos más agudos de COVID-19, intentan tan solo mantenerlos vivos con la esperanza de que sus propias defensas se rearmen y logren respirar por sí solos.
Pero hay informes crecientes de que pocos pacientes que usan las máquinas pueden recuperarse. Como resultado, algunos médicos cuestionan su uso en pacientes con COVID-19 y han estado tratando de encontrar métodos para mantener a los pacientes con coronavirus fuera de ellos cuando sea posible.
El tratamiento desarrollado por el Instituto Technion israelí busca justamente ser una alternativa al uso de estos aparatos.
El método israelí se conoce como Terapia de Líquido de Espuma (LIFT, por sus siglas en inglés) y se ha experimentado con éxito en ratas, que se recuperaron de la enfermedad en un lapso de 15 a 30 minutos.
La investigación, que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y el Ministerio israelí de Ciencia, Tecnología y Espacio, comenzó hace cuatro años, cuando el profesor Josué Sznitman y su equipo del Instituto de Tecnología Technion, de Haifa, comenzó a desarrollar un tratamiento para una dolencia similar al Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (ARDS, por sus siglas en inglés), que puede afectar a bebés prematuros cuyos pulmones inmaduros carecen de suficiente surfactante, el líquido que cubre la superficie de los alveolos pulmonares.
El Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (ARDS, por sus siglas en inglés), una enfermedad letal con la que la ciencia lucha hace años en la que fluidos anegan los pulmones, es una manifestación común en casos de coronavirus especialmente en pacientes mayores. El ARDS suele provocar imposibilidad de respirar y muerte.
Sznitman es un ingeniero biomédico suizo, lleva 10 años en Israel y el mismo tiempo en el Technion, y su interés, profesional y personal, siempre ha estado en la física de los fluidos y del aire.
“Desde hace 30 años sabemos que inyectar líquido surfactante a los neonatos es una gran ayuda para que sus pulmones funcionen normalmente. Es un método invasivo, pero salva vidas en un 98%”, aseguró Sznitman a Fuente Latina.
Sin embargo, el exitoso método no funciona de igual manera en adultos por la diferencia de tamaño de los pulmones. Al ser más grandes los líquidos sanadores se convierten en piscinas rápidamente, ahogando ciertas regiones y dejando otras sin tratar.
La solución desarrollada por el laboratorio de Snitman fue convertir el líquido surfactante en una espuma.
“La espuma tiene más volumen que el líquido y le afecta menos la gravedad, de modo que se puede extender de manera homogénea en los pulmones y restaurar el aspecto de las células epiteliales para que funcionen correctamente”, indicó el ingeniero.
Pero porque los pulmones de las ratas son también pequeños, para poder demostrar la distribución de la sustancia que es tan necesaria para los pulmones adultos, el equipo ha utilizado los pulmones de un cerdo adulto muerto para demostrar que LIFT se distribuye homogéneamente, comparado con la administración líquida.
La semana próxima el laboratorio podará comenzar los ensayos preclínicos con cerdos vivos. En caso de éxito, Sznitman espera empezar las pruebas con humanos en septiembre.
“No proponemos una medicina para curar coronavirus, solo un método ingenioso para que el propio cuerpo se recupere, para que los pulmones vuelvan al estado en el que estaban antes de la enfermedad y empiecen a respirar por sí solos”, concluyó el cientifico.
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