El Reino Unido podría empezar el próximo lunes a relajar gradualmente algunas de las actuales restricciones para frenar la pandemia, según adelantó este miércoles su primer ministro, Boris Johnson, pese a cifrarse el número de muertos por COVID-19 en 30.076 personas, el más alto de Europa.
El líder del Ejecutivo conservador compareció el miércoles por primera vez ante el Parlamento tras su regreso al trabajo -recuperado del coronavirus tras una larga hospitalización incluidos tres días en cuidados intensivos- y después del nacimiento de su primer hijo en común con su pareja sentimental, Carrie Symmonds, y el sexto para el político.
Hoy, además, protagonizó el primer cara a cara en los Comunes con el nuevo líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, en la sesión semanal de preguntas al primer ministro.
Su intervención llega en un momento en que el total de fallecidos en el país tras haber dado positivo en un test ascendió a 30.076, tras confirmarse hoy 649 nuevos muertos por la enfermedad, según datos divulgados por el Gobierno.
La cifra, sin embargo, se dispara a más de 32.000 según un conteo diferente de las agencias de estadística publicado el martes.
El Reino Unido, que ha detectado 6.111 nuevos contagios en las últimas 24 horas, sigue siendo el país más afectado de Europa por el coronavirus, de acuerdo con el registro oficial de fallecidos.
Si bien el Ejecutivo deberá revisar mañana, por ley, las actuales medidas en vigor, Johnson explicó que esperará hasta el fin de semana para anunciar a la nación sus proyectos en este sentido, ya que así dispondrá de datos actualizados.
Con relación a este punto, el político advirtió de que sería “un desastre económico” suavizar el confinamiento de una manera que pudiera disparar un repunte en los casos de infectados por el virus.
Por su parte, un inquisitivo Starmer reprochó al Ejecutivo su “lentitud” a la hora de haber adoptado, en primer lugar, las medidas de confinamiento, así como en otros asuntos clave, como el suministro de equipos de protección personal a sanitarios o el número de test de coronavirus realizados cada día.
Además, apuntó al premier por tener el número de muertos “más alto de Europa, es el segundo más alto del mundo. Esto no es ningún éxito, así que ¿puede el primer ministro decirnos cómo diablos hemos llegado hasta aquí?”.
En su defensa, el líder conservador hizo hincapié en que cada país tiene su forma de contar y los datos no son comparables. “No creo que las comparaciones internacionales y los datos disponibles ahora nos permitan sacar conclusiones”, afirmó.
Actualmente se practican “alrededor de unos 100.000 test diarios”, según recordó hoy Johnson, quien reveló que la “ambición” de su Gobierno es “llegar a 200.000 antes de finales de este mes”, y a partir de ahí, elevar el número.
Según subrayó el premier, “un régimen de test fantástico va a ser absolutamente crítico para la recuperación de la economía a largo plazo”, algo que preocupa sobremanera en el país frente a los últimos indicadores divulgados.
Sin embargo, el número de test diarios ha caído por cuarta jornada consecutiva por debajo de esos 100.000 y, en las últimas 24 horas -hasta las 08:00 hora GMT del miércoles-, se llevaron a cabo 69.463.
Posteriormente, un vocero de Downing Street -el despacho oficial de Johnson- matizó que no se prevé un levantamiento de todas las medidas de distanciamiento social “al mismo tiempo” y aclaró que “no todo va a volver a la normalidad a la vez”.
Pero Johnson afirmó: “queremos, si es posible, poner en marcha algunas de estas medidas el lunes”.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, dio entender que por ejemplo se puede permitir la reapertura de cafés con terraza al aire libre. “Hay pruebas de que la propagación es mucho menor en el exterior, por lo que puede haber soluciones que podrían poner en marcha algunos negocios, como los cafés, especialmente en verano”, declaró a Sky News.
El ministro de Vivienda, Robert Jenrick, enumeró otras áreas de estudio durante la rueda de prensa diaria sobre la crisis: “Cómo adaptar los lugares de trabajos, desde las fábricas hasta las obras en construcción, cómo gestionar espacios al aire libre, desde los parques hasta las calles comerciales pasando por los mercados”.
Para favorecer el distanciamiento físico, el ayuntamiento de Londres anunció que transformará las calles, con aceras más amplias para los peatones y más carriles para bicicletas siguiendo el ejemplo de otras ciudades como Nueva York y Berlín.
Por su parte, el portavoz oficial de Starmer confirmó hoy que el líder laborista planteará mañana a Johnson la necesidad de que exista un “consenso nacional” a la hora de aplicar la estrategia de desescalada, teniendo en cuenta la seguridad ciudadana y la protección de los trabajadores considerados esenciales (como médicos o profesores).
El Ejecutivo anunció ayer que, como parte de esa estrategia, un reducido grupo de ciudadanos de la isla de Wight ya ha comenzado a descargarse una aplicación de móvil que detecta si se ha estado en contacto con personas que hayan desarrollado síntomas de COVID-19.
A la espera de saberse cuál será el plan gubernamental para regresar gradualmente a la normalidad, el aeropuerto londinense de Heathrow, el de mayor tráfico en Europa, reveló hoy que empezará a tomar la temperatura de los pasajeros de cara a establecer unos niveles internacionales de seguridad para evitar la propagación de la COVID-19.
El objetivo, según explicó el consejero delegado de Heathrow, John Holland-Kaye, es probar una nueva tecnología que pueda servir para acordar a nivel internacional unos estándares de control del virus, a fin de que los pasajeros puedan volver a volar y reducir el riesgo de contagiarse del coronavirus.
Con información de EFE y AFP
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