Un preso condenado a cadena perpetua por el secuestro y asesinato del hijo de un mafioso arrepentido obtuvo la detención domiciliaria por el riesgo de coronavirus, una decisión de la justicia italiana que causó indignación en Italia.
Cataldo Franco, un hombre de 85 años con problemas de salud, salió del penal de Ópera, cerca de Milán, el 28 de abril y regresó a su hogar en Geraci Siculo, en Sicilia, ante el temor que pudiera contagiarse con Covid-19. La solicitud de arresto domiciliario fue presentada por la dirección de la prisión.
El hombre cumplía cadena perpetua por mantener cautivo durante dos meses en 1994 a Giuseppe Di Matteo, un niño asesinado en 1996 por la Cosa Nostra como represalia contra su padre, un mafioso que había decidido arrepentirse y colaborar con la Justicia.
Ese asesinato conmocionó a la opinión pública en Italia y es recordado como uno de los crímenes más odiosos cometidos por la mafia siciliana.
Giuseppe Di MatteoDi Matteo fue secuestrado en 1994 por cuatro mafiosos disfrazados de policías, poco antes de que cumpliera 13 años. En las primeras etapas del secuestro, el niño estuvo cautivo en la granja de Franco. El hombre lo mantuvo rehén durante unos dos meses, hasta que llegó la temporada de cosecha de aceitunas y tuvo que “devolver” el niño porque necesitaba el cobertizo que servía como celda, según dijo a los investigadores.
El secuestro fue decidido por el clan de los Corleonesi encabezado por Totò Riina y por los hermanos Giovanni y Enzo Brusca para castigar a Santino Di Matteo, el padre de Giuseppe que se había convertido en colaborador de la justicia. Giuseppe Di Matteo estuvo prisionero durante 26 meses, hasta que fue estrangulado y su cuerpo disuelto en ácido.
Por orden de Brusca, los secuestradores se pusieron en contacto con su abuelo a través de un folleto: “Debes ir donde tu hijo y decirnos que, si quiere salvar al niño, debe retirar las acusaciones contra esos personajes, debe terminar de causar problemas”. El mismo día, el arrepentido tuvo una conversación con su esposa, que fue interceptada, en la que la mujer le pedía al hombre que no hablara sobre el atentado que en 1992 mató a Paolo Borsellino, uno de los jueces antimafia más célebres, considerado un héroe por la ciudadanía.
El proprio Giovanni Brusca, quien a su vez se arrepintió después de su captura, contó a los magistrados el horrendo final de Di Matteo. En julio de 2018, el tribunal civil de Palermo otorgó a la madre de la víctima una indemnización de 2,2 millones de euros, a cargo de los principales jefes de la mafia siciliana.
La liberación de Cataldo Franco se produce en el marco de las reglas dictadas para reducir el número de personas detenidas mientras dure la emergencia del coronavirus.
En las últimas semanas, 2.917 presos se beneficiaron de la prisión domiciliaria por razones de salud. 746 de estos fueron obligados a llevar el brazalete electrónico. Unos 370 son miembros prominentes del crimen organizado detenidos en un régimen de alta seguridad.
Tres estaban presos bajo el régimen de seguridad más duro (conocido como “41 bis”) y son figuras conocidas: se trata de Pasquale Zagaria, un jefe de la mafia napolitana camorra enfermo terminal, el mafioso Francesco Bonura y Vincenzo Iannazzo, jefe de la mafia calabresa 'ndrangheta.
La concesión de la prisión domiciliarias a miembros de la criminalidad organizada se convirtió desde hace unas semanas en un tema polémico en Italia, el segundo país de Europa más golpeado por la pandemia de coronavirus.
Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga y principal líder de la oposición, calificó este martes la medida como “un insulto a la memoria del pequeño Giuseppe Di Matteo, de todas las víctimas de la mafia y sus familias”.
Ante el revuelo, el ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, dijo que la decisión de liberar a los prisioneros la toman los jueces de manera “autónoma e independiente”. Este miércoles, aseguró que “después de que haya pasado la emergencia de salud” podrán regresar a sus celdas. Mientras tanto, ha establecido un grupo de trabajo para examinar el asunto y lanzar un decreto que podría posponer las decisiones tomadas por los jueces.
El decreto del gobierno “Cura Italia”, dictado para atender la emergencia del coronavirus, estableció que, para disminuir la población de las cárceles, los detenidos condenados por delitos leves y con menos de 18 meses por descontar de la sentencia, podían recibir el beneficio del arresto domiciliario. La norma excluía a los mafiosos.
Sin embargo, el departamento penitenciario pidió a los jefes de prisiones que informaran sobre todos los presos mayores de 70 años, y con problemas de salud, para que los jueces pudieran decidir caso por caso.
La administración penitenciaria también recomendó a los directores de las cárceles que los detenidos en riesgo también fueran informados a la fiscalía nacional antimafia, a fin de proporcionar a los jueces supervisores cualquier otro elemento de evaluación antes decida si enviarlos a arresto domiciliario o no. Una precaución que luego se incluyó en el decreto de ley aprobado por el gobierno la semana pasada.
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