El gobierno español prevé que el desplome de la economía por la crisis del coronavirus llegue al 9,2% en 2020 y que la tasa de desempleo suba al 19 por ciento. Al mismo tiempo, el aumento del gasto y la disminución de ingresos asociados a la lucha contra la epidemia dispararán el déficit público al 10,34% del PIB.
Son las nuevas previsiones incluidas en el Programa de Estabilidad 2020-2021 remitido el jueves a la noche a Bruselas, que este viernes han presentado en rueda de prensa la vicepresidenta para asuntos económicos, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La contracción económica será consecuencia del desplome del consumo de los hogares (8,8%) y del hundimiento de la inversión (25,5%) y las exportaciones (27,1%), ha explicado Calviño.
El jueves se supo que economía española se desplomó un 5,2% en el primer trimestre del año respecto al anterior, como consecuencia de la pandemia. Es una caída sin precedentes desde que comenzó la serie estadística en 1970, ya que el punto álgido de la recesión que siguió a la crisis financiera de 2008 se marcó en el primer trimestre de 2009, con un contracción del 2,6 por ciento. Habría que remontarse a la Guerra Civil y los años posteriores para encontrar un desplome equivalente.
Pero Calviño afirmó este viernes que la economía tocará fondo en el segundo trimestre del año y se recuperará en forma de “V asimétrica”, lo que llevará a un rebote del PIB del 6,8 % en 2021. El año que viene se espera que el consumo de los hogares se recupere un 4,7%, que la inversión rebote el 16,7% y que las exportaciones crezcan el 11,6%, mientras que las importaciones se recuperarán un 9,3%, en coherencia con el aumento del consumo y la inversión nacional. El empleo avanzaría el 5,7%, lo que permitiría disminuir la tasa de desocupación casi dos puntos, al 17,2 por ciento.
El impacto sobre las cuentas públicas también será significativo este año, dado que las medidas puestas en marcha para paliar la crisis provocarán un aumento en 2020 del gasto público del 10,5%, hasta 576.714 millones de euros, mientras que los ingresos caerán un 5,3%, hasta 461.043 millones.
Ello provocará el mayor déficit público registrado desde el cierre de 2012, cuando llegó al 10,7% del PIB, destacó Montero. También dijo que el Gobierno no está en condiciones aún de saber cuánto podrá bajar el déficit en 2021, una estimación que deja para el proyecto presupuestario del año próximo que se presentará “en tiempo y forma”, lo que será antes de que acabe septiembre.
Para financiar el déficit será necesario un mayor endeudamiento, lo que llevará a la deuda pública a alcanzar en 2020 un máximo histórico en el 115,5 por ciento del PIB. En 2020 todas las figuras impositivas verán disminuida su recaudación, con caídas del 2,4% para el IRPF (Impuesto sobre la renta), del 8,7% para el impuesto de sociedades, del 5,2% para el IVA, del 6,7% para los impuestos especiales, del 37,9% para el impuesto de trasmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados y del 5,75% para las cotizaciones.
Montero ha descartado subidas de impuestos para paliar la merma de los recursos públicos, ya que la estrategia de recuperación pasa por proteger la renta de los ciudadanos para que crezca de nuevo el consumo en cuanto se vaya recuperando la normalidad. Ha dicho, no obstante, que se tratará de acelerar la tramitación parlamentaria de los impuestos sobre determinados servicios digitales y sobre las transacciones financieras, aunque ha considerado que solo el digital podría entrar en vigor antes de que termine el año, en el ultimo trimestre.
Con información de EFE
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