La próxima pandemia global probablemente sea una de hambre como consecuencias de las medidas adoptadas para combatir el avance del coronavirus, advirtió este miércoles la ONU.
Si bien la Organización Mundial de la Salud, que depende de Naciones Unidas, sostiene que hay que mantener directrices estrictas para combatir la propagación de COVID-19, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) aseguró que dichas medidas conducirán a un aumento de la pobreza y el hambre en el mundo.
El PMA incluso agregó que la respuesta al virus podría terminar matando a más personas para fines de 2020 que la enfermedad en sí.
La semana pasada, el director ejecutivo del PMA, David Beasley, advirtió al Consejo de Seguridad de la ONU que el riesgo de hambruna a gran escala en gran parte del mundo en desarrollo ahora era “de proporciones bíblicas” como resultado de la pandemia mundial.
“Al enfrentar la pandemia de COVID-19, también estamos al borde de una pandemia de hambre”, dijo Beasley al consejo. “También existe un peligro real de que más personas puedan morir potencialmente por el impacto económico de COVID-19 que por el virus mismo”, añadió.
Incluso antes del brote causado por el COVID-19, el 2020 se encaminaba a ser testigo de la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, debido a las guerras en curso en lugares como Yemen, Siria y Sudán del Sur, agravados por desastres naturales y enjambres de langostas en el desierto en África.
Esta ya de por sí sombría realidad se ve ahora exacerbada por la lucha para frenar el coronavirus, lo que ha llevado a la destrucción de economías, a la pérdida masiva de empleos y a la caída abrupta de los precios del petróleo.
“Podemos afirmar con seguridad que los niveles han aumentado. Las regulaciones de la cuarentena, los problemas de envíos y las dificultades generales en la cadena de suministro se están agravando y agregando a las condiciones de hambre previamente existentes”, dijo a Fox News Ian Bradbury, CEO de la organización humanitaria 1st NAEF, con sede en Canadá.
“Podemos esperar más muertes mundiales debido a los impactos secundarios de COVID-19 que el virus en sí mismo: el Programa Mundial de Alimentos actualmente estima que 265 millones de personas estarán al borde de la inanición a finales de año”.
A principios de 2020, unos 130 millones de personas ya se enfrentaban a niveles críticos de hambre. Esa cifra ahora podría más que duplicarse, hasta 265 millones para fines de este año.
Al momento, se cree que unas 820 millones de personas en todo el mundo están desnutridas, según las estadísticas de la ONU, con el 22% de los niños menores de 5 años clasificados como “atrofiados” a consecuencia de la desnutrición.
Casi 700 millones de personas, aproximadamente el 9% de la población del planeta, tienen “inseguridad alimentaria severa” y casi dos mil millones, uno de cada cuatro, tendrían “inseguridad alimentaria moderada o grave”.
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