El Reino Unido registró 813 decesos en las últimas 24 horas a causa del nuevo coronavirus, un aumento respecto al viernes, cuando habían sido 684. En un primer momento, el Ministerio de Salud había dado cuenta de 781 muertos. El saldo total se situó en 20.319 fallecidos y 148.377 infectados. El país se convirtió en el quinto en superar la barrera de las 20.000 víctimas fatales, detrás de Estados Unidos, Italia, Francia y España.
El Gobierno afronta crecientes presiones internas para poner sobre la mesa una hoja de ruta que permita vislumbrar el fin del confinamiento de la población por la COVID-19 y reactivar la economía.
Los medios británicos han descrito en los últimos días un Ejecutivo dividido en dos bandos: uno encabezado por el ministro de Salud, Matt Hancock, que aboga por mantener todas las medidas hasta que se haya minimizado el riesgo de una segunda oleada de la enfermedad; y otro liderado por el titular de Economía, Rishi Sunak, quien apuesta por acelerar la vuelta a la actividad de las empresas.
El equilibrio entre ambas posturas no se romperá, previsiblemente, hasta que el primer ministro británico, Boris Johnson, retome las riendas del Gobierno, una vez termine la convalecencia que sigue para recuperarse de la COVID-19. Al inicio de la pandemia, Johnson fue menos drástico en sus planes para contener la propagación de la enfermedad respecto a otros mandatarios europeos.
No obstante, en el Reino Unido se contempla la posibilidad de que tanto él como su principal asesor, Dominic Cummings, hayan endurecido su enfoque tras sufrir ambos síntomas severos de la enfermedad.
La presión sobre el Ejecutivo para detallar un programa de salida del confinamiento ha aumentado después de que la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, publicara un plan sobre cómo se gestionará en la región la reapertura de los colegios, las empresas y los locales de ocio cuando llegue el momento de relajar las medidas de distancia social.
“El Gobierno debe explicar a los británicos lo que está planeando. Debemos confiar en que los ciudadanos comprenderán cómo va a producirse (el fin del confinamiento). La administración escocesa ha hecho lo correcto y quiero que el Gobierno del Reino Unido haga lo mismo”, afirmó al diario The Times el ex líder conservador Iain Duncan Smith.
“El enfoque de Sturgeon es adecuado: una discusión honesta sobre las duras desventajas que afrontamos ante la perspectiva de convivir con el virus en el futuro cercano”, indicó, por su parte, el ex ministro de Economía conservador George Osborne.
Vuelta al trabajo de Johnson
En las últimas horas se ha especulado con la posibilidad de que el jefe de Gobierno británico vuelva al trabajo el próximo lunes, aunque su portavoz oficial ha subrayado que solo regresará a su despacho de Downing Street cuando obtenga la luz verde de su equipo médico.
Durante su convalecencia en la residencia campestre de Chequers, Johnson, de 55 años, se mantiene informado regularmente sobre los avances en la estrategia contra la pandemia, pero por el momento no está tomando decisiones al ritmo habitual, detalló su portavoz.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado tras conversar con Johnson por teléfono esta semana que el primer ministro británico “suena increíble” y parece “listo para seguir”.
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