La Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó este jueves que más de la mitad de las 110.000 muertes por COVID-19 registradas en Europa eran personas que vivían en residencias para mayores, una “tragedia humana inimaginable” que en el futuro podría evitarse con sensibles mejoras en ese tipo de centros.
Los casos en residencias gerontológicas y otros centros similares han mostrado que el cuidado a los mayores “ha sido olvidado en Europa durante largo tiempo”, lamentó el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, en su rueda de prensa semanal.
Kluge resaltó que, aunque la COVID-19 es especialmente peligrosa en pacientes de avanzada edad, “incluso los más mayores, con salud frágil, tienen posibilidades de recuperarse de la enfermedad si son bien cuidados”.
El continente europeo registra más de 2.000 muertes por día, y en total ha acumulado dos tercios de los fallecimientos en todo el mundo. Los países más afectados son Italia (25.085 muertos), España (21.717), Francia (21.340) y Reino Unido (18.100), únicamente por detrás de Estados Unidos (46.800). No obstante, las cifras oficiales del gobierno británico únicamente toman en cuenta los fallecimientos en hospitales y no los ocurridos en centros para ancianos u hogares y algunas proyecciones, en base a reportes de otras agencias del gobierno, indican que la cifra de fallecidos en estas residencias podría duplicar el conteo. También, la oposición en España denuncia que el número de fallecidos en geriátricos es mucho más alto que el detallado en el balance del Ministerio de Sanidad.
Otros países ofrecen escenarios más precisos. Según datos actualizados al 13 de abril, de las 444 muertes registradas en Irlanda, 55,2% se produjo en este tipo de estructura. Al 15 de abril, Francia informó que 49,4% de los muertos residían en establecimientos para ancianos.
El experto belga de la OMS añadió que Europa, y también otras regiones del planeta, deben mejorar la formación del personal que trabaja en los centros de tercera edad, cambiar su modo de operación y construir sistemas de cuidado a los mayores que den prioridad a sus necesidades.
Kluge insistió en que el personal de los centros para mayores debe tener mejor acceso a equipamiento de protección y “una apropiada remuneración por sus largos horarios de trabajo”.
“Es urgente ajustar la forma en que estas instalaciones operan, buscando un equilibrio entre los requisitos de los residentes y sus familias con garantías de que estos servicios son seguros y el personal está bien protegido”, recalcó el funcionario.
“Heredamos los valores europeos y nuestras oportunidades de esas generaciones pasadas, por lo que debemos cuidar de ellas, es nuestro deber y no podemos dejar a nadie atrás”, requirió.
(Con información de EFE y AFP)
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