El precio del barril de West Texas Intermediate (WTI) para entrega en junio, que empezó a cotizar en los mercados este miércoles, ganó más de 4 dólares, un salto cercano al 40%, en medio de gran nerviosismo de los inversores.
A las 13H50 GMT el precio del WTI valía 15,74 dólares, un alza del 36,04% respecto al cierre del martes. Poco antes había alcanzado 16,20 dólares, con mas de 40 puntos porcentuales de ganancia.
El barril de Brent, del mar del Norte, subía un 14,43%, para situarse a 22,12 dólares, tras caer en Asia durante la madrugada.
“La volatilidad (actual) persistirá hasta la entrada en vigor del acuerdo OPEP+ el 1º de mayo”, aseguró el miércoles el ministro de Energía ruso, Alxandre Novak, citado por las agencias de noticias rusas tras una videoconferencia con los diputados de la Duma.
El precio del WTI llegó a moverse en terreno negativo el lunes, por primera vez en la historia.
“Actualmente nos encontramos en la fase más activa de la caída de la demanda. Según diferentes estimaciones, esa bajada equivale a 20-30 millones de barriles por día” (mbd), explicó.
El acuerdo de la OPEP, Rusia y otros productores asociados fue de recortar la producción en 9,7 mbd a partir de mayo.
Esos recortes masivos “no son suficientes para compensar la caída de la demanda y estabilizar el mercado petrolero”, confirma Eugen Weinberg, analista de Commerzbank.
Varios países miembros de la OPEP y otros productores discutieron el martes durante una teleconferencia la “situación dramática” del mercado del crudo, cuyos precios están colapsando como consecuencia de la pandemia de covid-19.
“El sentimiento sombrío sin duda mantendrá los precios por los suelos a corto plazo, hasta que veamos la luz al final del túnel con la reanudación progresiva de las actividades económicas, en un punto muerto en todo el mundo”, comentó Jingyi Pan, estratega de IG.
El caos en el mercado del crudo “refleja sencillamente la idea subyacente de que no hay demanda para el petróleo físico y de que no hay espacio para almacenarlo”, declaró Stephen Innes, de Axicorp.
Stephen Innes añadió que la crisis del petróleo “tiene connotaciones negativas en otros sectores del mercado, en particular los bancos, dado su alto nivel de exposición a los productores estadounidenses de petróleo de esquisto”.
El mercado del petróleo se ha derrumbado por las restricciones impuestas en todo el mundo para frenar la propagación de la COVID-19.
Como el transporte está limitado y muchas fábricas han interrumpido la actividad, la demanda energética se ha hundido. Las refinerías ya no compran tanto crudo.
Con información de AFP
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