El uso de hidroxicloroquina en pacientes con coronavirus no mostró ningún beneficio en un amplio análisis en los hospitales de veteranos de guerra de los Estados Unidos. Hubo además más muertes entre los que recibieron la droga que entre quienes fueron sometidos a la atención estándar, revela una investigación publicada en el sitio medRxiv.org.
El estudio nacional no fue un experimento riguroso. Pero con 368 pacientes, es la mayor prueba hasta ahora de hidroxicloroquina -con o sin el antibiótico azitromicina- para pacientes con COVID-19, que ya ha provocado la muerte de más de 171.000 personas en Estados Unidos.
MedRxiv.org es un sitio distribuye manuscritos completos, pero no publicados, en las áreas de medicina, investigación clínica y ciencias de la salud, por lo que el estudio no ha sido revisado por otros científicos. Los subsidios de los Institutos Nacionales de Salud y de la Universidad de Virginia pagaron el trabajo.
Los investigadores analizaron los registros médicos de 368 veteranos varones hospitalizados con infección de coronavirus confirmada en los centros médicos de la Administración de Salud de Veteranos que murieron o fueron dados de alta hasta el 11 de abril.
Alrededor del 28% de los que recibieron hidroxicloroquina, más los cuidados habituales, murieron, frente al 11% de los que recibieron sólo los cuidados habituales. Asimismo, cerca del 22% de los que recibieron el medicamento, más azitromicina, también murieron, pero la diferencia entre ese grupo y los que fueron sometidos a los cuidados habituales no se consideró lo suficientemente grande como para descartar otros factores que podrían haber afectado su salud.
La provisión de hidroxicloroquina tampoco hizo diferencia en la necesidad de un respirador.
Por su parte, los investigadores no hicieron un seguimiento de los efectos secundarios, pero observaron un indicio de que la hidroxicloroquina podría haber dañado otros órganos. Desde hace mucho tiempo se sabe que la droga tiene efectos secundarios potencialmente graves, entre ellos la alteración de los latidos del corazón de una manera que podría conducir a la muerte súbita.
A principios de este mes, los científicos en Brasil detuvieron parte de un estudio que probaba la cloroquina, una droga más antigua similar a la hidroxicloroquina, después de que se desarrollaran problemas de ritmo cardíaco en una cuarta parte de las personas a las que se les administró la mayor de las dos dosis que se estaban probando.
En el tratamiento desarrollado por las autoridades brasileñas participaron 81 pacientes hospitalizados en la ciudad de Manaos. Cerca de la mitad de las personas sometidas al tratamiento recibieron una dosis de 450 miligramos de cloroquina dos veces al día durante cinco días. Al resto, en tanto, se les prescribió una dosis mayor de 600 miligramos durante 10 días. A los tres días, los científicos comenzaron a notar arritmias cardíacas en los pacientes que tomaban la dosis más alta. Al sexto día de ensayo, 11 pacientes murieron, lo que llevó a los investigadores a terminar inmediatamente las pruebas. A los pacientes también se les administró el antibiótico azitromicina, que conlleva el mismo riesgo cardíaco.
Desde el inicio de la pandemia esta droga ha estado en el centro de la polémica. Mientras muchos médicos y especialistas la recomiendan, otros tantos se han mostrado más cautelosos y han advertido los riesgos de los efectos colaterales.
En la Universidad de Wisconsin, Madison, “creo que todos estamos bastante desilusionados” por lo que se ha visto entre los pocos pacientes que la han probado, sostuvo la doctora Nasia Safdar, directora médica de control y prevención de infecciones.
Si bien en Estados Unidos algunos hospitales han comenzado a utilizar la hidroxicloroquina en pacientes con COVID-19, Safdar remarcó que después de los últimos resultados de los tratamientos con esta droga “la gente se ha dado cuenta de que no sabemos si funciona o no” y necesita más estudios.
A principios de marzo, China recomendó el uso de fosfato de cloroquina, un medicamento ampliamente usado contra la malaria y enfermedades autoinmunes. En ese entonces, las autoridades indicaron que 285 pacientes en estado crítico habían sido tratados con la droga en un hospital de Wuhan, epicentro del brote.
La Comisión de Salud de la Provincia de Guangdong, en el sureste de China, recomienda el uso de cloroquina en pacientes de 18 a 65 años. Para los que pesan más de 50 kilos, la dosis sugerida en esta región es de 500 miligramos dos veces al día por diez días, de acuerdo a un reporte del New York Times.
Francia fue otro país que autorizó el tratamiento en base a la cloroquina del infectólogo Didier Raoult para pacientes con coronavirus que se encuentran hospitalizados. Sin embargo, a principios de abril, las autoridades del hospital francés Pitié-Salpêtrière indicaron que los tratamientos con hidroxicloroquina no habían arrojado resultados alentadores.
“Lo hemos usado bastante porque era una de las esperanzas. Pero no tenemos la impresión de que haya una eficacia espectacular. Incluso probablemente no sea efectivo”, explicó Éric Caumes, jefe de enfermedades infecciosas en el hospital de París a la cadena BFM TV.
Pitié-Salpêtrière ocupó la primera posición en una clasificación de Newsweek 2020 de los mejores hospitales de Francia.
Derivada de la cloroquina antipalúdica, la hidroxicloroquina es un medicamento conocido en Francia y varios países del mundo como Plaquenil y se usa contra el lupus o la artritis reumatoide. En este momento varios países en la lucha contra el virus están combinando estos medicamentos, con precauciones en cuanto a su uso por observarse numerosos efectos secundarios, incluidos trastornos cardíacos y neurológicos. Y una sobredosis puede ser peligrosa, incluso mortal.
Con información de AP
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