El precio del barril de petróleo estadounidense, que cotizó en negativo el lunes por primera vez en su historia debido a la falta de espacio de almacenamiento y al desplome de la demanda por la crisis del coronavirus, subía el martes en Asia, por encima de cero.
El barril de West Texas Intermediate (WTI) para entrega en mayo valía en la apertura del mercado 0,56 dólares, en comparación con el precio de cierre de -37,63 dólares, el lunes por la noche en Nueva York. La negociación de los contratos para mayo termina el martes.
El precio internacional del petróleo no solo cayó un 66% en el primer trimestre del año. En abril siguió en baja y el barril de crudo estadounidense WTI llegó a cotizar este lunes por debajo de cero, una situación sin precedentes.
Un “precio negativo” significa que quien produce o tiene un bien le paga a otro para que se lo lleve. En economía, es un concepto que normalmente se asocia a la disposición y almacenamiento de desechos nucleares o de basura.
El desplome afectó a la Bolsa de Nueva York, que cotizaba en rojo: el Dow Jones cedía 1,04% y el Nasdaq ganaba el 0,14 tras perder en la apertura.
De su lado, el barril de Brent del Mar del Norte, referencia para el mercado europeo y global, cedía 6,5% hasta los 26,27 dólares el barril a las 13:30 GMT.
La impresionante diferencia entre los barriles de WTI y Brent, y también con los futuros de WTI, que se encuentran en 20 dólares para entrega en junio y 32 dólares en noviembre.
En el contexto de la pandemia, se ha extendido el uso de barcos petroleros para el almacenamiento del crudo hasta que culmine la cuarentena, pero los costos han subido: un buque con capacidad para dos millones de barriles cuesta cerca de 100.000 dólares al día en un contrato de seis meses, cuando un año atrás costaba 29.000 dólares diarios, de acuerdo al Wall Street Journal.
Los mercados de petróleo se han desplomado en las últimas semanas a su nivel más bajo en casi 20 años, porque los bloqueos y las restricciones de los viajes en todo el mundo tienen un fuerte impacto en la demanda.
La crisis se agravó después de que Arabia Saudita, miembro de la OPEP, lanzara una guerra de precios con Rusia, que no es miembro de esta organización.
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