Partes de Suecia podrían lograr la “inmunidad de grupo” al coronavirus tan pronto como el próximo mes, dijo el epidemiólogo que dirige la respuesta del país al brote en un momento en que aumenta el número de muertos y crecen los cuestionamientos a la controvertida estrategia del gobierno.
El doctor Anders Tegnell afirmó que la población de Estocolmo, epicentro del brote del país, podría lograr la “inmunidad colectiva” tan pronto como el próximo mes.
“Según nuestros modelos [en la Agencia de Salud Pública de Suecia], estamos comenzando a ver a tantas personas inmunes en la población de Estocolmo que está comenzando a tener un efecto en la propagación de la infección”, aseguró Tegnell, al indicar que la inmunidad en la capital podría alcanzarse en "algún momento en mayo”.
"Estos son modelos matemáticos, solo son tan buenos como los datos que ponemos en ellos. Ya veremos si tienen razón”, explicó en declaraciones a medios locales.
Estrategia controvertida
Suecia mantiene una estrategia contra el brote de COVID-19 más suave que la de la mayoría de países. El Gobierno no ha cerrado ni guarderías ni escuelas (sí institutos y universidades) y mantiene abiertos con restricciones bares y restaurantes, aunque ha prohibido concentraciones de más de 50 personas.
La estrategia del Ejecutivo es informar de algunas recomendaciones generales para proteger sobre todo a los grupos de riesgo y apelar a la responsabilidad individual, si bien se han ido introduciendo de forma progresiva algunas medidas restrictivas.
La tradición de autonomía de las agencias públicas y de que sean los expertos quienes tracen la estrategia general es la principal razón para explicar una línea que ha recibido más críticas fuera que dentro de Suecia, donde el Partido Socialdemócrata y el primer ministro Stefan Löfven han experimentado un respaldo creciente en los sondeos.
Con algo más de 10 millones de habitantes, Suecia ha registrado 13.216 contagiados y 1.400 muertos, con 132 fallecidos por millón de personas, más del doble que Dinamarca y cuatro veces que Noruega, que han adoptado medidas mucho más restrictivas, aunque no confinamiento, y ya han iniciado la fase de reapertura.
Cuando se le preguntó sobre la tasa de mortalidad, el doctor Tegnell dijo: “No es un fracaso para la estrategia general, pero es un fracaso para proteger a nuestros ancianos que viven en hogares de ancianos”.
Evalúan endurecer las medidas
No obstante, ante el aumento de muertes de los últimos días, el Gobierno evalúa endurecer las medidas. El Parlamento aprobó esta semana una reforma de la ley de enfermedades contagiosas, siguiendo el acuerdo anunciado ya antes de Semana Santa por Gobierno y oposición, que permitirá al Ejecutivo cerrar puertos, aeropuertos, estaciones de tren, centros comerciales y restaurantes, entre otros.
La coalición rojiverde podrá también redistribuir material y medicinas entre los municipios, regiones y otros prestadores de servicios sanitarios sin pasar por el Parlamento, aunque este podrá revocar esas medidas en el plazo de unos días.
La reforma no permitirá al Gobierno imponer por su cuenta medidas de confinamiento o de cuarentena que afecten a toda la sociedad, sino que estas deberán ser aprobadas antes por la Cámara, según una ley que estará vigente hasta el 30 de junio.
Al cambio legal se une el anuncio de que a policías, servicios de rescate y otro personal en funciones sociales críticas con síntomas de coronavirus se les realizarán test a partir de ahora, dentro de un plan para llevar a cabo de 50.000 a 100.000 pruebas por semana, frente a las cerca de 20.000 actuales.
Las autoridades rechazan las acusaciones de pasividad
“Es un mito que la vida transcurra como si nada en Suecia”, desmintió el viernes en una rueda de prensa con medios internacionales en Estocolmo la ministra de Asuntos Exteriores sueca, Ann Linde.
En la misma comparecencia, la responsable de Asuntos Sociales, Lena Hallengren, rechazó también que Suecia actúe de forma “radicalmente distinta” al resto y sostuvo que solo hay dos diferencias importantes: que no se han cerrado las escuelas y que no se han adoptado reglas para obligar a la gente a quedarse en casa.
No hay ninguna evidencia de que cerrar escuelas frene el contagio, ni tampoco hay justificación racional para imponer el confinamiento: al contrario, tomar el aire mejora la salud, ha resaltado el director de la Agencia de Salud Pública de Suecia, Johan Carlson.
Carlson resume la estrategia sueca en abogar por la distancia social a través de algunas prohibiciones y muchas recomendaciones, y en que los mayores de 70 años se recluyan lo máximo posible.
Peores números que el resto de los países nórdicos
Las autoridades suecas han admitido no obstante que el plan para proteger a los ancianos no ha funcionado, a pesar de introducir la prohibición de visitas a asilos el 1 de abril, ya que un tercio de los muertos totales proceden de ahí.
Pero consideran que es prematuro sacar conclusiones, ya que la pandemia se encuentra en una fase inicial y los países cuentan los muertos por coronavirus con distintos criterios, el mismo argumento que usan para tratar de explicar por qué Suecia presenta peores números que sus vecinos nórdicos.
Las cifras de Suecia se encuentran no obstante lejos de las de los países más castigados como España, Italia, Reino Unido, Francia o Bélgica, y aunque algunos centros han denunciado escasez de material, los hospitales no se han colapsado y en las unidades de cuidados intensivos hay un 20 % de plazas libres todavía.
“La situación sigue siendo grave, con más infectados cada día. Contaremos los muertos por miles, ya lo estamos haciendo. Detrás de cada cifra hay una persona. Recordemos a todos los que están sanos que asuman su responsabilidad”, dijo Löfven ayer en su última comparecencia.
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