En plena crisis del coronavirus, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció este miércoles una rebaja de su sueldo del 20 por ciento durante los próximos seis meses, así como el del resto de ministros y jefes del Ejecutivo pues es el “momento de cerrar brechas entre las diferentes posiciones”.
Ardern ha comparecido ante los medios para anunciarlo al mismo tiempo que se confirmaba que los casos de coronavirus habían ascendido a 1.386, después de los últimos 20 positivos que el Ministerio de Salud ha registrado. El número de víctimas mortales se mantiene en nueve.
A su vez, la primera ministra neozelandesa explicó que esta rebaja del salario en algunos sectores del servicio público no afectará a los trabajadores que se encuentran en primera línea prestando sus servicios, como policías, médicos y personal sanitario, para ayudar a contener y frenar la pandemia.
Ardern también hizo referencia a las noticias que han sido publicadas en los últimos días sobre arrendatarios que estarían subiendo los alquileres a sus inquilinos, lo que ha calificado de “totalmente inexplicable” y les ha pedido que sean buenos ciudadanos, “buenos seres humanos”.
El salario de Ardern es de 470.000 dólares neozelandeses al año (unos 285.000 dólares estadounidenses), mientras que los ministros de su gabinete ganan cerca de 300.000 (180.000 dólares americanos).
La crisis abierta por la pandemia del coronavirus en todo el mundo ha puesto a prueba a los líderes políticos y ha mostrado una realidad novedosa: desde Islandia hasta Taiwán y desde Alemania hasta Nueva Zelanda, son las mujeres quienes se están destacando en el manejo de la nueva contingencia.
Si además sumamos lo que sucede en Finlandia, Islandia y Dinamarca, podemos decir que esta pandemia reveló que las mujeres tienen lo que se necesita cuando las cosas se complican, o cuando, como dice el dicho popular “las papas queman”. Al menos, así lo estableció esta semana un artículo publicado por Forbes.
Alguien podría objetar que se trata de países pequeños, islas u otras excepciones. Pero Alemania es grande y líder y, si la comparamos con el Reino Unido -gobernado por Boris Johnson- ésta última es una isla con resultados muy diferentes.
Jacinda Ardern, tomó la decisión de imponer el cierre de forma prematura, y fue muy clara sobre el nivel máximo de alerta al que estaba sometiendo al país, y por qué. Impuso el autoaislamiento a las personas que ingresaban a Nueva Zelanda de manera asombrosamente temprana, cuando solo había 6 casos en todo el país, y prohibió la entrada de extranjeros por completo poco después. Ahora, esa claridad y decisión están salvando a Nueva Zelanda de la tormenta. A mediados de abril habían sufrido solo cuatro muertes, y Ardern acaba de ordenar que todos los neozelandeses que regresan al país estén en cuarentena en lugares designados durante 14 días.
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