La primera ministra de Nueva Zelanda anunció que ella y sus ministros se aplicarán un recorte salarial del 20% durante seis meses, en solidaridad con los afectados por impacto económico del brote de coronavirus en el país.
Al hacer el anuncio, Jacinda Ardern afirmó que era importante que los políticos mejor pagos del gobierno muestren “liderazgo y solidaridad” con los trabajadores que estaban en la primera línea de la pandemia y con aquellos que perdieron sus medios de vida.
De acuerdo con el medio británico The Guardian, Ardern, los ministros de su gobierno y los jefes ejecutivos de los servicios públicos aceptarán el recorte durante seis meses, con efecto inmediato.
La premier gana USD 281.000 anuales, el equivalente a 13 salarios mínimos en su país y sus ministros ganan USD 179.000.
Así, en el caso de la primera ministra, su recorte salarial por seis meses será de 47.104 dólares neozelandeses (el equivalente a unos 28.000 dólares estadounidenses). Los ministros del gabinete, por su parte, tendrán un recorte de 26.900 dólares neozelandeses cada uno (unos USD 16.000); mientras que el salario del viceprimer ministro, Winston Peters, se reduciría en el equivalente a USD 20.000.
La doctora Ashley Bloomfield, directora general de salud que lideró la respuesta a la crisis abierta por el coronavirus, confirmó que “definitivamente” tendría un recorte salarial ella también, al igual que el líder opositor Simon Bridges.
“Si alguna vez hubo un momento para cerrar la brecha las personas de Nueva Zelanda, es ahora. Soy responsable del poder ejecutivo y aquí es donde podemos actuar... se trata de mostrar solidaridad en un momento de necesidad de Nueva Zelanda”, dijo Ardern.
Además, la responsable del Gobierno afirmó que el recorte salarial no afectará la posición fiscal general del país: “Esto es sólo un reconocimiento del golpe que muchos neozelandeses recibirán en este momento”.
La respuesta de Ardern ante la crisis sanitaria ha sido destacada por expertos de diferentes partes del mundo, por su contundencia y decisión a la hora de tomar medidas. Nueva Zelanda ha estado en cuarentena y con medias de restricción para circular durante las últimas tres semanas, lo que significa que no se permite a nadie salir de sus hogares, excepto por necesidades de fuerza mayor o para un poco de aire fresco.
Ardern impuso el autoaislamiento a las personas que ingresaban a Nueva Zelanda de manera asombrosamente temprana, cuando solo había 6 casos en todo el país, y prohibió la entrada de extranjeros por completo poco después.
Hasta el momento, más de 1.300 personas han sido infectadas con el virus, y ha habido nueve muertes, todas personas mayores con condiciones de salud preexistentes.
Más de 1.5 millones de personas solicitaron el subsidio del gobierno para ayudarles a capear la pérdida temporal de ingresos. Las proyecciones del Tesoro han sugerido que un bloqueo prolongado y estricto podría dejar sin trabajo a uno de cada cuatro neozelandeses, en el peor de los casos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la economía de Nueva Zelanda se reducirá un 7,2% este año. En su World Economic Outlook, el organismo de crédito informa que Nueva Zelanda verá la mayor contracción económica fuera de Europa, a excepción de Venezuela.
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