El gobierno de Boris Johnson en el Reino Unido pedirá un reembolso por los 3,5 millones de kits de pruebas de coronavirus que compró en China el mes pasado y que un estudio determinó que no eran fiables para su uso con la mayoría de los pacientes.
El profesor John Bell, coordinador de las pruebas de coronavirus para el Servicio de Salud Pública de Inglaterra, dijo el lunes que los tests adquiridos no son confiables cuando se usan en pacientes que no califican como enfermos graves, es decir, la mayoría de las personas que se someten a las pruebas de COVID-19.
Bell, académico de la Universidad de Oxford, explicó en una publicación en internet: “Lamentablemente, las pruebas que hemos visto hasta la fecha no han funcionado bien. Vemos muchos falsos negativos y también vemos falsos positivos... Esto no es un buen resultado para los proveedores de pruebas ni para nosotros”.
Sharon Peacock, directora del Servicio Nacional de Infecciones de la Salud Pública de Inglaterra, había promocionado estos kits de análisis de sangre como un “cambio de juego” en la respuesta al brote de coronavirus. Se esperaba que estas pruebas con pinchazos en dedos permitieran al gobierno confirmar quién ya había desarrollado inmunidad al COVID-19, permitiéndoles salir del aislamiento y volver al trabajo.
Peacock inicialmente dijo que los resultados de las pruebas se obtendrían en pocos días, pero el aparente fracaso de los kits significa que los británicos tendrán que esperar más tiempo. Aunque el asesor médico del gobierno, Chris Whitty, dijo el lunes que confiaba en que una prueba exitosa se desarrollaría eventualmente.
Según un artículo del diario The Telegraph, el gobierno de Boris Johnson ahora buscará reembolsos por el equipo inadecuado.
El Reino Unido es la última nación europea que se ha quejado de la eficacia de los suministros médicos procedentes de Pekín. Países como España, Holanda y la República Checa han rechazado miles de equipos entregados por empresas chinas por ser defectuosos.
La salud del primer ministro británico, Boris Johnson, ha mejorado aunque sigue ingresado en cuidados intensivos por COVID-19, mientras el Reino Unido ha registrado este miércoles un nuevo récord de víctimas mortales (938 más, hasta 7.097) y atraviesa el peor momento hasta ahora de la pandemia.
Johnson, que dio positivo por el nuevo coronavirus el 27 de marzo, está recibiendo “unos cuidados excelentes”, subrayó el ministro de Economía Rishi Sunak, encargado este miércoles de informar desde Downing Street sobre la evolución de la lucha contra la pandemia.
Aumentan los fallecidos
El número de víctimas mortales por COVID-19 parecía haber comenzado a descender en el Reino Unido el fin de semana, tras comunicarse 621 muertes el domingo y 439 el lunes. El martes, sin embargo, la cifra se elevó hasta 786, y hoy marcó un nuevo récord, 938, con lo que el número total de fallecidos por el coronavirus alcanza los 7.097.
Con todo, los responsables del sistema sanitario han advertido de que las cifras pueden no ofrecer una imagen a tiempo real del avance de la enfermedad, dado que algunas muertes tardan varios días en comunicarse y ser añadidas al registro oficial.
Los datos que publica diariamente el Ministerio de Salud no reflejan los fallecidos en residencias de ancianos, domicilios u otros lugares, ni a los pacientes hospitalarios que no habían dado positivo en un test antes de morir.
Con información de EFE
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