Los epidemiólogos no se cansan de repetirlo. Tarde o temprano, se va a contagiar con coronavirus la mayor parte de la población mundial. El desafío, para evitar que colapse los sistemas de salud y que mueran demasiadas personas, es aplanar la curva de contagios, extender en el tiempo la propagación del virus.
Italia es el país que más sufrió la pandemia. El descontrol de las primeras semanas llevó a un crecimiento exponencial de las infecciones, que sobrepasaron la capacidad de respuesta de los hospitales y que explican que a un mes y medio del primer caso confirmado, el país sume 135.586, de los cuales murieron 17.127.
Sin embargo, en los últimos días se viene registrando un descenso sostenido en la cantidad de nuevos casos y nuevos decesos, que permiten a los italianos ser un poco más optimistas luego de semanas verdaderamente dramáticas. Este martes se registraron 604 nuevos fallecidos, la cifra más baja desde el 10 de marzo. Además, se informaron 3.039 contagios en las últimas 24 horas, el mínimo diario desde el 20 de marzo.
Desde el 30 de enero, cuando se confirmó el primer caso en el país, el aumento fue constante. El primer gran salto se produjo el 26 de febrero, cuando se superó la barrera de los 100 casos diarios, con 147 infectados. El segundo se produjo el 7 de marzo, cuando se pasó el umbral de los mil y en un solo día se sumaron 1.247 contagios.
Desde ese momento, fueron dos semanas de un incremento incesante, que alcanzó su pico el 21 de marzo, cuando se anunciaron 6.557 casos. Entonces, la curva comenzó a ceder. Si bien se registraron vaivenes, el descenso se volvió cada vez más marcado. Desde el sábado, cuando se notificaron 4.805 infectados, todos los días se produjeron bajas, hasta los 3.039 de este martes.
Las muertes siguieron un recorrido muy similar. La primera fue el 21 de febrero. El 1 de marzo, el número diario llegó a los dos dígitos, con 12, y una semanas más tarde llegó a los tres, con 133. El día más trágico desde el comienzo del brote fue el 27 de febrero, cuando casi se alcanzan los cuatro dígitos: se reportaron 919 muertes en 24 horas.
Pero a partir de esa jornada negra empezó un descenso que se mantiene. Es cierto que el martes y el lunes hubo una leve suba respecto del domingo, cuando se reportaron 525 fallecimientos. Pero probablemente se deba al déficit estadístico que se produce todos los fines de semana. En cualquier caso, la evolución de los decesos muestra que, al menos hasta ahora, el pico parece haber quedado atrás.
Fase dos en marcha
Mientras el número de contagios y muertes sigue bajando, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, consultó a los principales científicos el martes sobre formas de poner fin con seguridad a un bloqueo de un mes destinado a detener una pandemia que ha matado a miles y dejado a millones desempleados.
Su videoconferencia con los científicos se enfoca oficialmente en la “Fase Dos”, el nombre formal de la idea de tomar medidas progresivas para aliviar las restricciones que comenzaron hace casi un mes, el 9 de marzo.
Los científicos primero se centrarán en cuál de las fábricas económicamente más importantes del país en el corazón industrial del norte para permitir reanudar la producción el 14 de abril.
Un resumen de cinco puntos filtrado a los medios de comunicación italianos el domingo incluyó planes para instruir a todos a usar barbijos en público y a aislarse de inmediato en caso de síntomas similares a la gripe.
“Creo que muchos de nosotros, si no todos, tendremos que acostumbrarnos a usar máscaras protectoras durante mucho tiempo”, dijo Arcuri, jefe del comité científico del gobierno.
Otras propuestas incluyeron el seguimiento de personas infectadas con aplicaciones telefónicas y la construcción de más hospitales específicos para coronavirus.
Pero se espera que las pequeñas empresas, como restaurantes y cafeterías, no puedan reanudar sus operaciones durante muchos meses más.
“Incluso cuando los nuevos casos de coronavirus caigan a cero, la vida no volverá a ser como antes durante mucho tiempo”, advirtió el fin de semana el director del instituto de salud pública ISS de Italia, Silvio Brusaferro.
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