El ingreso del primer ministro británico Boris Johnson a terapia intensiva, consecuencia del deterioro de su cuadro de coronavirus, ha sacudido la conversación pública del país.
Al anunciar el estado de salud de Johnson, un vocero de Downing Street indicó a su vez quién asumirá sus funciones mientras sea necesario: se trata de Dominic Raab, el secretario de Relaciones Exteriores y primer secretario de Estado, uno de los funcionarios con mayor responsabilidad en el gabinete del Gobierno conservador.
El anuncio, no obstante, genera dos interrogantes principales: los antecedentes de Raab en la administración británica y la falta de claridad respecto de las guías de sucesión ante la incapacidad del primer ministro de continuar cumpliendo sus funciones.
Un parlamentario que escaló junto con el Brexit
Un abogado de 46 años, Raab comenzó su carrera en el sector privado, en el área de derecho comercial. Su primer trabajo en el sector público tuvo lugar en la secretaría de Relaciones Exteriores que ahora lidera. Allí lideró un equipo cuyo objetivo era llevar criminales de guerra a la Corte Penal Internacional de La Haya.
Raab comenzó su actividad política antes de ser elegido como miembro del Parlamento. En 2006 fue contratado como asesor del legislador David Davis y luego pasó a trabajar para Dominic Grieve, ambos conservadores. Obtuvo su propia banca en 2010, cuando ganó las elecciones de su circunscripción, Esher and Walton, en el condado de Surrey.
Durante cinco años Raab fue parte de los back benchers de la Cámara de los Comunes, término utilizado para describir a los legisladores que usualmente se sientan en las bancas del fondo del recinto y no ejercen particular influencia política. Quizás su mayor contacto con la conversación pública haya tenido lugar en 2011: describió en un artículo a grupos feministas como “retrógradas odiosas” y aseguró que los hombres estaban siendo tratados de manera injusta.
La declaración generó el repudio de la ex primer ministro Theresa May, que en ese momento era la secretaria de Interior: lo acusó de fomentar una “guerra de géneros”. Raab saltó a la prominencia en 2015, junto con la reelección de David Cameron en los comicios de ese año, quien lo nombró subsecretario parlamentario de Estado del Ministerio de Justicia.
Un año después, elevaría aún más su perfil al convertirse en una de las caras más visibles de la campaña a favor del Brexit, la iniciativa que buscó -y logró- la salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2016. Sin embargo, dejó de formar parte del gabinete cuando Theresa May asumió como primer ministro ante la renuncia de Cameron.
Sin embargo, su situación cambió al año siguiente, en 2017, cuando fue nombrado por la misma May en el ministerio de Justicia, esta vez con un cargo de mayor jerarquía al que había ostentado bajo Cameron. En 2018, cuando May reorganizó su Gobierno, lo convirtió en ministro de vivienda, uno de los cargos más relevantes por fuera del gabinete.
Su ascenso a esta selecta área del gobierno no tardó en llegar: en julio de ese año se convirtió en el Secretario a cargo del Brexit ante la renuncia del funcionario anterior. Sin embargo, su relación con May volvió a deteriorarse y cuatro meses después presentó su renuncia, criticando su postura respecto de la mejor manera de encarar el proceso de divorcio con el bloque supranacional.
Debido a su rol como uno de los líderes de la campaña del Brexit, sus comentarios contribuyeron a erosionar la confianza en el acuerdo al que May había llegado con la Unión Europea y que los parlamentarios británicos rechazaron en tres ocasiones, lo que llevó a su renuncia.
Vacante el liderazgo del partido, Raab se presentó como uno de los contendientes al puesto, que implicaba a su vez convertirse en primer ministro. No obstante, no logró el apoyo de 33 parlamentarios necesario para avanzar de ronda electoral, cosa que si hicieron Boris Johnson y Michael Gove.
Eventualmente, Johnson se impondría y convertiría en primer ministro. En su gabinete, Raab, quien lo había apoyado al perder, obtuvo los puestos que ostenta actualmente: secretario de Relaciones Exteriores y primer secretario de Estado. Ello lo convertía en el segundo al mando del gobierno, algo que su actual rol ante la enfermedad de Johnson confirma. De hecho, la BBC reportó que además había sido elegido como “sucesor designado”: es decir, quien asumiría el mando del gobierno si Johnson fuera asesinado.
Reglas sucesorias difusas
Pese a su rol y ser el claro reemplazo de Johnson en los hechos, el nombramiento de Raab responde a una decisión del primer ministro, y no de un marco legal. Esto así debido a que la Constitución británica no establece lineamientos claros de sucesión.
Consultado al respecto este lunes, el vocero presidencial dijo: “El primer ministro tiene el poder de delegar responsabilidad a cualquiera de sus ministros. Pero por ahora la línea de jerarquía la encabeza el primer ministro y luego el secretario de Relaciones Exteriores”.
En contraste con aquellos países que cuentan con figuras como la del vicepresidente, el Reino Unido no cuenta con una figura que asuma el rol de jefe de Estado de manera automática. De hecho, formalmente es la Reina Isabel quien ostenta ese título.
El reglamento formal indica que si el primer ministro deja de cumplir sus funciones, el partido al que pertenezcan debe elegir un nuevo líder que luego será confirmado por la Reina. Sin embargo, ese proceso podría tardar días o hasta semanas, lo que en una situación de crisis como la que el país enfrenta actualmente podría generar un peligroso vacío de poder.
La Constitución también contempla la posibilidad de no contar con la figura del primer ministro. En teoría, miembros del gabinete podrían turnarse para liderar reuniones, mientras las políticas serían implementadas por el servicio civil británico.
No obstante, en este caso es Raab quien se hará cargo de liderar la administración británica. En diálogo con la BBC poco después de que las noticias sobre la salud de Johnson tomaran estado público, el ministro interino dijo que “hay un increíble espíritu de equipo” detrás del primer ministro y aseguró que su gabinete se aseguraría de llevar a cabo los planes que él diseñó.
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