Ada Zanusso tiene 104 años. Como le ocurrió a más de 132.000 italianos en los últimos tres meses, contrajo coronavirus. Por su edad, su familia y los médicos que la trataron esperaban lo peor. Sin embargo, con el correr de los días empezó a mostrar signos de mejoría, y finalmente se curó. “Milagrosamente”, aseguró Giampietro Brisotto, uno de sus cuatro hijos.
Ada comenzó a sentirse mal a principios de marzo. “Tenía fiebre y vómitos. Inmediatamente sospeché que era coronavirus”, explicó Giampietro al diario local Corriere Della Sera.
La abuela vive en un hogar de ancianos en Maria Grazia de Lessona, en la provincia de Biella. Su familia no pudo ir a buscarla o visitarla, ya que toda Italia está en estricta cuarentena. “No pude ir a buscarla porque se prohibieron las visitas por el coronavirus, pero pude escucharla por teléfono e incluso hacer videollamadas todos los días”, relató su hijo.
Además de la preocupación por el estado de salud de Ada, la angustia se extendió por varios días, ya que recién el 17 de marzo la abuela fue sometida al test de COVID-19. A los pocos días llegó el resultado: positivo.
“Temí lo peor”, reconoció Giampietro.
Afortunadamente, y pese a que la enfermedad golpea aún más a las personas mayores de 65 años, Ada se recuperó. Según su hijo, sigue viviendo “porque ella quiere”.
Aseguró que su madre “se está recuperando bien. "Incluso comenzó a leer y rezar el rosario nuevamente por la noche”, graficó. Y sostuvo que “los médicos creen que es la persona más longeva del mundo en superar la enfermedad”. Lamentó, en cambio, que no todos los compañeros de residencia de Ada que contrajeron el brote tuvieron la misma suerte. Allí se han registrado en las últimas semanas 21 muertes, principalmente causadas por neumonía. Se pudo confirmar que padecían coronavirus.
“Es una mujer con un temperamento fuerte y vigoroso. Su fe y su costumbre de estar al aire libre siempre le han ayudado”, manifestó Giampietro. Y agregó: “Siempre ha sido una persona ingeniosa. Se preparó para hacer de todo, desde pequeños trabajos de carpintería hasta tareas domésticas. Nos cuidó, mientras papá, un trabajador de una fábrica, estaba fuera por negocios. ¿Su único arrepentimiento? No poder estudiar. Pero siempre leía mucho”.
Originaria de Veneto, región del noreste de Italia, Ada llegó a Biella en 1947 con su esposo y los dos primeros de los cuatro hijos. Su historia está marcada por la superación, ya que también sobrevivió a los dos guerras mundiales y a la gripe española, que se estima mató entre 30 y 50 millones de personas en todo el mundo (entre ellos, alrededor de 600.000 italianos), además de haber infectado a unas 500 millones, cerca de un tercio de la población mundial por ese entonces.
Carla Furno Marchese, una de las médicas que atendió a Ada durante estos días, expresó su emoción por la recuperación de la abuela italiana: “Una gran alegría y una recompensa para todos aquellos que la han cuidado”.
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